sábado, 8 de julio de 2017

FRUTO AGRADABLE PARA TI



"¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres?"

Isaías 5:3-4


Es maravilloso ver en los meses de verano junio, julio y agosto como las vides ya han reverdecido y con el calor la vid está en pleno proceso de maduración, la uva deja de ser verde, dura y ácida para convertirse en un fruto dulce, agradable y de diversos colores según las variedades, convirtiéndose en uvas blancas, tintas o amarillas. Ya en septiembre empieza el mes de la recolecta llamado vendimia.  Es tiempo para disfrutar de la cosecha de la siembra, la poda y todo el trabajo que una vid conlleva.  

Sin embargo en la historia de cual habla el libro de Isaías, se había plantado una viña en una ladera fértil, el suelo era perfecto, la tierra era fértil, se habían sembrado vides escogidas, para que el fruto fuera perfecto,  se le había cercado y despedregado para evitar que ningún agente externo pudiera impedir su proceso de crecimiento, se había hecho una torre desde la cual se podrían apreciar todos los viñedos y se había hecho un lagar, que era el lugar donde se podría machacar el fruto de la vid para obtener el mosto de la uva. Todas condiciones eran perfectas, pero la vid no dio uvas, en vez de ello dio uvas silvestres.

Las uvas silvestres son uvas agrias, que no sirven para nada, no puede hacerse nada productivo con ellas, solo ocupan espacio, no pueden ser aprovechadas. Qué decepción! Qué frustración! Dar todo a cambio de nada! Qué más se podría hacerse por esa viña que no se hubiera hecho ya?

La escritura dice que nosotros podemos ser comparados a esa vid, El Señor nos ha puesto el fundamento, ha sembrado su palabra viva en nosotros, nos ha dado su salvación, ha limpiado nuestra tierra, nos ha guardado, nos cuida y protege, El ha puesto todo para que nosotros como sus hijos estemos preparados para dar fruto, qué espera EL Señor de nosotros? Que demos fruto, el fruto esperado, un fruto de vida, un fruto dulce, aprovechable cien por ciento, un fruto precioso para bendición de muchos. Qué más puede hacer El Señor por nosotros si ha dado a su único hijo para salvación nuestra.

Es tiempo de dar fruto, pero no fruto agrio, sin sabor, sin pureza, que no pueda ser aprovechado y solo sirva para ocupar espacio e inutilizar la tierra.  El Señor espera de ti y de mi fruto de bendición, para que muchos puedan comer de nosotros, fruto de justicia, fruto de santidad, fruto de amor, frutos de paz, de gozo, de paciencia, de benignidad, frutos de bondad, de fe, mansedumbre y de templanza, frutos de vida, frutos dignos de ser aprovechados.

¿Cómo es tu fruto hoy? 


Señor toma nuestras vidas y limpia nuestra tierra, que nosotros podamos ser vides que producen frutos de bendición, frutos de vida, frutos de tu Espíritu Santo para que muchos pueda cobijarse bajo nuestra sombra, para que muchos puedan comer y disfrutar de tu amor morando y fluyendo en nosotros. Señor que cuando vengas a buscar fruto encuentres frutos agradables y gratos a tus ojos, solamente tu puedes darnos la gracia para poder ser quienes tu quieres que seamos. Amén!