domingo, 22 de septiembre de 2019

TU ERES EL DESEO DE MI CORAZÓN!




Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.

Salmo 37:4

Por qué Dios quiere conceder nuestros deseos o peticiones, gana o consigue Dios algo al darnos un deseo del corazón? Cuando amamos a alguien, sea nuestros hijos o alguien muy especial para nosotros, y nos cuenta acerca de algo que le hace mucha ilusión, a veces nos hacemos indiferentes y le damos poca importancia, pero esa semillita de ilusión ya se ha quedado en nuestro corazón, el amor que hay en nosotros hacia ese ser amado, nos mueve a querer, si está dentro de nuestras posibilidades, el conceder esa ilusión que tiene en su corazón, ese amor nos lleva a actuar y mover cosas para hacerles sonreír  y que se sientan felices.

Todos tenemos deseos, sueños, anhelos, peticiones o ilusiones que viven en nuestro interior esperando ver cumplir, quizás conseguir algo que por muchos años hemos deseado, quizás alcanzar una meta o ideas e imaginaciones que un día nos cautivaron y se convirtieron en un deseo profundo del corazón.

Quizás  tenemos peticiones, sueños o deseos que ni nosotros mismos nos hemos confesado que los tenemos, incluso a veces hemos renunciado o descartado la posibilidad de conseguirlos, pero si esos sueños y deseos están dentro del orden de Dios, no dudes que un día pueden llegar a cumplirse.

Me sorprende y maravilla el amor de Dios como padre trabajando para conceder la petición de tu corazón, si pudiéramos tan solo ver todos los hilos que Dios va tejiendo para que tu petición sea concedida y para que veas el milagro hecho ante tus ojos...  

Dios no se cansa y no descansa, EL Señor nunca duerme, nos contempla dormidos, despiertos, saliendo, entrando, llorando, clamando, sonriendo y esperando, El conoce los deseos de nuestro corazón y si la petición que esperas aún no ha sido concedida, no es porque El Señor sea indiferente, es porque EL está trabajando y a su tiempo y en su perfecta voluntad, pondrá ese regalo en tus manos, concediendo el deseo de tu corazón.

La palabra dice que nos deleitemos en Él,  que El Señor sea nuestra mayor ilusión y nuestro mayor deseo, cuando todo sobra, cuando nada hace falta, cuando nos sentimos completos en Dios, es entonces cuando realmente nos deleitamos en Él.

Deleitate hoy en El Señor, no para que conceda las peticiones de tu corazón, sino para descubrir lo maravilloso que es sentir Su amor que nos envuelve, que nos sostiene, que nos llena de seguridad, paz y bendición.

Dios puede conceder los deseos o peticiones de tu corazón, no lo dudes,  ámalo profundamente, que El sea tu prioridad y tu mayor anhelo, espera en Él y un día el deseo de tu corazón será una realidad.

Señor tu eres lo que yo más deseo, fuera de ti no hay nada!