"Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza"
Isaías 30:15
Las grandes ciudades llevan un ritmo acelerado de vida, vemos cruzar por la calle de un lado a otro grandes cantidades de personas, cada uno en su mundo, escuchando música, pensando quizás en sus inquietudes y problemas, inmersos en un mundo que cada día va más acelerado, cada vez más mentalizado en correr y alcanzar metas, cada día menos tranquilo y más preocupado en llegar a un destino. La vida para las personas cada día se vuelve más agitada, pasando de una cosa a la otra, yendo de un lugar al otro, levantándonos de la cama pensando en el quehacer de cada día, haciendo el desayuno y pensando ya en la comida y en la cena, proyectándonos y haciendo planes para la próxima semana, el próximo mes o hasta tal vez los próximos años.
Nuestra sociedad cada día está mas alejada de lo que es el descanso, el reposo, la quietud y la confianza, porque el diseño de vida que tenemos en la actualidad nos impulsa a entrar en esa rutina y ritmo de vida. Sin embargo la palabra de Dios nos habla tan claramente otra forma de actuar ante la vida y sobre todo en los tiempos difíciles y adversos. En el libro de Isaías nos habla que nuestra salvación será en descanso y en reposo y nuestra fortaleza será en quietud y confianza, totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados a vivir.
No se trata de vivir una vida pasiva, sin actividad y esperando sentados ver la resolución de nuestros problemas, sino que más bien habla del descanso, reposo, quietud y confianza que debe habitar en nuestros corazones, al saber que El está por nosotros y con nosotros.
El reposo es un estado sin tensión, sin alteración y tranquilo. Un corazón que reposa en El Señor no se altera, ni vive tenso ante las situaciones que van llegando día a día, tiene la tranquilidad que EL está en control de todo. El descanso es una pausa para aliviar la fatiga y el cansancio, para renovar fuerzas y tomar nuevamente impulso, descansar en Dios es parar en el camino, el corre corre de cada día y renovar fuerzas en Su presencia para poder continuar y seguir adelante. En descanso y reposo seremos salvos de nuestros enemigos porque es El Señor quien peleará por nosotros.
Luego menciona la quietud y la confianza, la quietud es el sosiego, la calma, la paz que llega al corazón en medio de la imposibilidad de hacer algo por nosotros mismos, confiando en El Señor nuestra vida y todo lo que está a nuestro alrededor. Cuando tenemos confianza no tenemos inquietud, ni desasosiego, estamos tranquilos y con paz, entonces allí tendremos fortaleza.
La forma en la que Dios hace las cosas es muy diferente a como nosotros las haríamos, muchas veces humanizamos las respuestas de Dios y creemos que el haría las cosas como nosotros las haríamos, pero el toma su tiempo, El sabe el día y la hora y lo que para nosotros puede parecer una eternidad para El es un instante y lo que según nosotros es algo muy rápido para el puede tomar mucho tiempo porque el proceso es necesario para formarnos como El quiere.
¿Anhelas ver la salvación del Señor y recibir su fortaleza? Pide al Señor que quite tus ojos de este mundo, de la velocidad que lleva la vida y las cosas y entra en el reposo de Dios, pide al Señor su quietud, Su descanso, Su paz. Ese reposo que viene en la fuerte confianza que tenemos en que El resolverá nuestros problemas, proveerá la solución oportuna y necesaria y nos llevará a puerto seguro cuando haya terminado su obra en nosotros en esa área específica por la que estamos clamando.
La fortaleza de Dios viene de la quietud, el reposo, el descanso y la confianza en El, dejemos al mundo correr.
Señor hoy queremos descansar en Ti, reposar en ti, confiar en Ti como un niño que descansa en los brazos de su madre, descansamos en tus brazos fuertes que nos sostienen que nos levantan que nos fortalecen. De ti viene la fuerza, la fortaleza, la valentía y el vigor para poder enfrentar todas las cosas, es en ti en quien confiamos y es en ti en quien descansamos, no queremos correr con el mundo que nos rodea, porque perderemos la fe y entraremos en afán y ansiedad, hoy descansamos en ti, reposa nuestra alma confiada en Tu gran amor y en tu infinita bondad, fortalécenos Señor de ti viene nuestra salvación! Amén!