sábado, 18 de marzo de 2017

NO MI VOLUNTAD SINO LA TUYA


"Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú."

Marcos 14:36

El huerto del Getsemaní era el lugar donde Jesús y sus discípulos acostumbraban reunirse a orar. Dice la escritura que como era su costumbre, Jesús se dirigió a ese lugar a orar, El sabía que se acercaba la hora que le entregaran y comenzaría el tiempo de sufrimiento, dolor y angustia.  Por esa razón el huerto del Getsemaní hasta el dia de hoy nos recuerda el lugar en el que Jesús habló con su Padre y donde se humilló hasta lo sumo,  rindiendo Su voluntad para que se hiciera la del Padre por sobre todas las cosas.

Humillarse bajo la poderosa mano de Dios no es tan fácil como podríamos pensar diciendo "yo me humillo ante de Dios y ante nadie más". Humillarse ante El Señor no es solamente de labios y palabras, humillarse ante Él es aceptar Su voluntad por sobre todas las cosas, lo que nos lleva a un Getsemaní personal en  donde el mismo Jesús nos dio ejemplo como dice la escritura en Mateo 26:39 " Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú." y luego en el versículo 42 dice " Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad." y aun fue una tercera vez a decir las mismas palabras, Jesús estaba sufriendo en su carne la angustia de la traición, la angustia de su próxima muerte, la impotencia de sentirse solo ante un futuro desolador, pero con una sola visión, la salvación de nuestras almas, nuestra redención.

¿Cuántos de nosotros estamos viviendo en estos momentos un Getsemaní, en el que debemos humillarnos ante El Señor, aceptando Su voluntad, sometiendo todo lo que somos, deseamos y tenemos bajo Su poderosa mano? Jesús siendo Dios tuvo que humillarse y someterse a la voluntad del Padre, no habla una sola vez con El Padre, habla las mismas palabras tres veces, el dolor, la incertidumbre y la pena que embargaban su corazón le llevaron a buscar al Padre para recibir consuelo, para exponer su angustia, pero sobre todo para darnos ejemplo de su humildad al someter  Su voluntad, diciendo "No se haga como yo quiero, sino como tu."

Si en estos momentos te encuentras en ese Getsemaní con angustia y pena en tu corazón, toma el ejemplo de Jesús, habla con El Padre, cuéntale lo que hay en tu corazón, humilla y somete tu voluntad  ante Él y confía, deja que El Padre haga Su voluntad y no la tuya, recuerda que la voluntad del Padre siempre, siempre será buena, agradable y perfecta para tu vida.  El tiene un plan para ti, El lo cumplirá y no te dejará nunca!!

Padre entrego mi voluntad a ti, tu sabes lo que mi corazón quisiera, lo que deseo, cuáles son mis sueños, mis necesidades y mis más grandes anhelos, me humillo bajo tu poderosa mano Señor, si es posible pasa de mi esta situación, si es posible pasa de mi esta prueba tan difícil, si es posible no quisiera vivirla, pero con todo el corazón te digo Señor no se haga mi voluntad, sino la tuya, confío mi vida a ti Padre del cielo y me someto a Tu voluntad, tu sabes lo que es mejor para mi Señor, yo confío en ti! Amén!