sábado, 6 de octubre de 2018

CONFÍO EN TI PERPETUAMENTE!


"Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos."
Isaías 26:4

"Todo campeón fue una vez un aspirante que se negó a rendirse" Anónimo En los últimos tiempos las redes sociales y diversos artículos dan muchos consejos acerca de aprender a ser constantes y no rendirse, ya que es uno de los problemas a los que gran mayoría de personas se enfrentan día a día, la falta de constancia, el rendirse ante la primera o segunda dificultad y abandonar lo que se está haciendo, perdiendo la esperanza y el deseo de llegar a la meta.

En el campo espiritual sucede lo mismo con la constancia y la persistencia, entregamos al Señor un día nuestro corazón y empezamos un camino de alegrías y tristezas, de obstáculos y oportunidades, de adversidades y bendiciones, en el que nuestro objetivo principal es llegar a la meta, al premio del supremo llamamiento, alcanzar la vida eterna y vivir eternamente y para siempre con El Señor.  A lo largo de ese camino vamos superando barreras, pasando por valles y montañas en donde se nos pide una condición primordial y necesaria para perseverar, CONFIAR EN DIOS.

En el  libro de Isaías encontramos un versículo que nos reta, anima y exhorta: "Confiad en el Señor perpetuamente", cuando algo es perpetuo es constante, es persistente, no se interrumpe, no se cancela, no se detiene.  Esa es la forma en la que Dios quiere que confiemos en Él, de manera perpetua, que nuestra confianza no dependa de lo que ven nuestros ojos, que nuestra confianza no dependa de lo que estemos viviendo, de lo que estemos pasando, sufriendo o padeciendo, confiar en EL Señor perpetuamente es ver llegar el problema y no perder las fuerzas, la fe y la esperanza, es levantarse y dar el primer paso para seguir adelante con todo, sin perder la confianza en El Señor, porque si Él lo ha permitido es bueno, es necesario y será lo mejor para mí.

¿Por qué confiar en El Señor de manera perpetua? Sencillamente porque en Él está la fortaleza de los siglos, no habla de minutos, de semanas, de meses o de décadas, habla de siglos, porque han sido cientos y cientos de años en los que podemos ver que quienes han confiado en El Señor no han sido avergonzados, sino han  sido sostenidos y fortalecidos, han perseverado y han vencido. 

Pidamos al Señor un corazón que confíe en Él perpetuamente, un corazón que no se rinde ante la adversidad, que no se desanima cuando cambian las cosas repentinamente, un corazón que permanece aferrado a Dios cuando los vientos son contrarios y los tiempos son fuertes.  Pidamos al Señor un corazón que confía perpetuamente en Él, que descansa en Su poder y en Su voluntad, un corazón perseverante en la injusticia, en la imposibilidad, en la impaciencia o invisibilidad, un corazón que cree que Dios es suficientemente poderoso para dar una salida, una estrategia, un camino por donde podremos caminar y donde no seremos destruidos.

La fortaleza de los siglos está en Dios, en El confiamos perpetuamente!

Mi confianza pongo en ti Señor, quiero confiar en ti perpetuamente, tu sabes lo que es mejor para mi, se que si confío en ti nunca seré avergonzado, mi fortaleza eres tu, descanso en ti Dios eterno,  confío en ti perpetuamente! Amén!