lunes, 19 de junio de 2017

QUIERO SEGUIRTE EN CADA PASO




"Llamando, pues, Josué hijo de Nun a los sacerdotes, les dijo: Llevad el arca del pacto, y siete sacerdotes lleven bocinas de cuerno de carnero delante del arca de Jehová.

Y dijo al pueblo: Pasad, y rodead la ciudad; y los que están armados pasarán delante del arca de Jehová.
Y así que Josué hubo hablado al pueblo, los siete sacerdotes, llevando las siete bocinas de cuerno de carnero, pasaron delante del arca de Jehová, y tocaron las bocinas; y el arca del pacto de Jehová los seguía.
Y los hombres armados iban delante de los sacerdotes que tocaban las bocinas, y la retaguardia iba tras el arca, mientras las bocinas sonaban continuamente."

Josué 6:6-9


"...Decir que dejaremos nuestra voluntad en otra parece muy
fácil, hasta que probándose se entiende que es la cosa más recia que
se puede hacer, si se cumple como se ha de cumplir" Tomado de Camino de Perfección
Esta frase habla con certeza de la obediencia, ya que someter nuestra voluntad parece algo fácil, pero cuando ésta es probada podemos ver que es la cosa más difícil de hacer si deseamos cumplir a cabalidad aquello que nos han pedido hacer.

Este era el caso del pueblo de Israel ante el mandato que Josué recibió del Señor para poder entrar a la ciudad de Jericó.  Dice la escritura que Josué habló al pueblo, hombres de guerra que iban armados y siete sacerdotes que debían llevar siete bocinas de cuerno de carnero, los hombres armados iban delante de los sacerdotes y el arca del pacto los seguía. 

En ningún lugar de la escritura dice que estos hombres, varones de guerra, varones en autoridad y sacerdotes dijeran algo para objetar lo que Josué les estaba mandando a hacer.  No hubo una crítica al plan, no salieron palabras de queja, de rechazo o de objeción alguna a aquello que Josué les dijo que Dios quería que hicieran. Tampoco presentaron argumentos válidos para no obedecer, ni murmuraron entre ellos con doble ánimo, haciendo una cosa y pensando otra. 

Todo lo contrario ellos sin chistar palabra se dieron a la tarea de hacer las instrucciones que recibieron, una total obediencia al mandato de Dios. 

¿Cómo está tu nivel de obediencia a las instrucciones de Dios en tu vida? Estos hombres de guerra y sacerdotes también nos dan una gran lección de vida, porque vemos su sujeción, su humildad, su obediencia y El Señor bendijo esa actitud, respaldó cada uno de sus movimientos, por más ilógicos o extraños que parecieran, ellos sencillamente tomaron cada uno el lugar que les correspondía, hacían lo que les tocaba a hacer y el resto se lo dejaron a Dios que era en quien confiaba su corazón.

Hoy El Señor vuelve a recordarnos esta historia para que podamos quitar de nosotros tanta queja, crítica, pensamientos, argumentos, razones y palabras que ponemos en nuestra boca, en nuestra mente y en nuestro corazón hacía lo que El Señor demanda de nosotros.  

Dejemos hoy que El Espíritu Santo hable a nuestro interior y nos muestre el camino, quizás no sea aquello que esperamos, pero si es seguro que El Señor respaldará y bendecirá un corazón obediente y fiel, que quiere hacer la voluntad de Dios sobre todas las cosas. Señor quiero seguirte en cada paso!

Señor Jesús enséñanos a ser obedientes a ti, sin rechistar, sin preguntar, sin quejarnos, sin murmuración, sin doblez de ánimo,  que en nosotros siempre haya transparencia para hacer las cosas que tu quieres que hagamos y que nunca obedezcamos en nuestros actos y desobedezcamos con nuestro corazón. Te pedimos que nos des un corazón humilde para aceptar Tu voluntad por sobre todas las cosas y un corazón sencillo para seguir el camino por donde tu quieras llevarnos. Amén!