sábado, 8 de abril de 2017

CEDA EL PASO


"Mas cuando Juan terminaba su carrera, dijo: ¿Quién pensáis que soy? No soy yo él; mas he aquí viene tras mí uno de quien no soy digno de desatar el calzado de los pies."

Hechos 13:25


Ceda el paso... Es una señal de tráfico que se utiliza en intersecciones o zonas de conflicto en el tránsito de vehículos, es una recomendación y a la vez una orden. Cuando se encuentra esta señal lo primero que hay que pensar es que no tenemos la prioridad, sino que debemos dar paso a los vehículos que circulan por la vía que se aproxima, hay que bajar la velocidad y detenerse si es necesario. Ceder el paso nos puede librar de accidentes y hacer un alto en el camino, por mínimo que parezca, puede hacer una gran diferencia para salvar nuestra vida. 

Cuántas veces debemos ceder el paso en nuestra vida espiritual, ser humildes y dar paso a que otros puedan pasar, ser quien Dios quiere que seamos y no sentirnos nunca superiores, ya que nosotros no tenemos la prioridad, siempre la debe tener El Señor en nuestro corazón y en todo lo que hacemos.

Juan el Bautista fue un hombre que tenía bien claro lo que era hacer, aceptar y caminar en la voluntad de Dios, el sabía cuál era su propósito aquí en la tierra, sabía cuál era su lugar y en base a eso caminó a lo largo de su vida hasta el último día.  En la escritura dice que cuando Juan terminaba su carrera dijo ¿Quién pensáis que soy? como queriendo decir, yo no soy nadie importante, no piensen que soy yo el que habrá de traer salvación, todo lo contrario detrás de mi viene uno, refiriéndose a Jesús, de quien no soy digno ni tan siquiera de desatar el calzado de sus pies. Cuánta humildad y cuánta sujeción a la voluntad de Dios nos enseña Juan el bautista!

Juan el bautista cedió el paso a Jesús, sabía que el no tenía la prioridad, que debía parar en su camino y dejar que El Señor pasará y tomará el lugar que El Padre había escogido.  En la vida diaria debemos ceder el paso, no querer aparentar y tener el control de todo, no querer estar siempre en el primer lugar, debemos ceder el paso quitando la prioridad de nuestros deseos, pensamientos y voluntad para que pueda ser El Señor quien tome su lugar.

Ceder el paso a Jesús es parar y no avanzar en nuestras propias fuerzas, es dejar que el obre sobre nuestra vida como El quiera, sin cuestionar o abandonar por no poder tener siempre nosotros la razón.  Ceder el paso es permitir que otros tomen el primer lugar y no nosotros, es caminar en humildad y sencillez de corazón, es dejar que sea Dios quien se glorifique en nosotros y que sea vista su imagen y no la nuestra.

¿Te está pidiendo El Señor que hagas un alto en el camino y cedas el paso? Sé valiente, sé humilde y descansa en el amor de Dios, vale la pena que Dios tome su lugar y sea siempre hecha su perfecta voluntad en nosotros!

Nos rendimos ante ti Señor, haz tu voluntad en nosotros, no como nosotros queremos sino como tu quieres, danos humildad y sencillez de corazón para no querer tener siempre la prioridad, el primer lugar y la razón en todo. Reina en nuestra vida, haz tu voluntad, toma tu lugar Señor! Amén!