sábado, 14 de octubre de 2017

DÉJATE ENSEÑAR


"Ustedes los reyes, pónganse a pensar; déjense enseñar, gobernantes de la tierra.
¡Dios bendice
a todos los que en él confían!"
Salmo 2:11 y 13

Nuestra vida es un constante aprendizaje desde que nacemos somos enseñados poco a poco a ir desde envolviéndonos ante la vida, aprendiendo desde lo más mínimo hasta lo más grande y cada día debemos aprender, pero no solamente se trata de aprender, sino de dejarse enseñar.

Si un niño pequeño se resiste a dejarse enseñar se quedará sin la riqueza que su madre puede darle, desde que aprende a hablar, a caminar, a comer, a expresarse es algo natural, pero si no se deja enseñar no logrará hacerlo o lo hará con dificultad y sin la experiencia que su madre puede aportarle.

Cuando somos adultos seguimos aprendiendo, pero lo más importante es que nos dejemos enseñar por Dios. La escritura dice que nos dejemos enseñar por El Señor, y es que dejarse enseñar por Dios no es tarea fácil, ya que debemos de morir a nuestro propio yo y a nuestra propia manera de vivir para que sea él quien viva en nosotros.

Las Escrituras nos dicen que sirvamos al Señor con temor  y que nos alegremos con temblor, dejarse enseñar no se trata de tener terror a Dios, sino de caminar sabiendo que El está viendo cada paso que damos, cada lugar que pisa nuestro pie, cada respuesta que damos, cada pensamiento que pasa por nuestra mente,  El siempre está allí aunque pensemos que nadie nos ha visto, aunque creamos que nadie conoce lo que pasa, Dios sí que lo conoce y dejarse enseñar por él es corregir todas esas cosas que tenemos ocultas y entregarlas, limpiar nuestro corazón y dejar que él nos enseñe lo que es correcto

Todos queremos conocer el amor y la bondad de Dios, pero debemos de cuidar nuestra vida  para no conocer la ira de Dios y su enojo, por eso es tan importante que recibamos su corrección, que recibamos su amonestación, que corrijamos lo que no está bien que andemos conforme a Su justicia y en Su verdad, que dejemos que El nos enseñe y que aprendamos.

Déjate enseñar por Dios, sírvele honrándole en  todo lo que haces, reconociéndole en todos tus caminos y depositando siempre tu confianza, porque El bendice a todos los que en él confían!


Hoy Señor queremos decirte con todo nuestro corazón que abras nuestro entendimiento y nuestra mente y permitas que podamos aprender de ti, queremos dejarnos enseñar por ti,  no queremos hacer las cosas bien según nuestra propia opinión sino en tu sabiduría y perfecta voluntad. Yo quiero aprender de ti Señor quiero que tú me enseñes siempre. Amén!