sábado, 23 de junio de 2018

REGOCIJAOS EN EL SEÑOR SIEMPRE!



"Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: !!Regocijaos!"

Filipenses 4:4



Quiero ser feliz! Es una afirmación que muchos de nosotros hemos dicho abiertamente o es un anhelo profundo de nuestro corazón.  Muchas personas piensan que la felicidad es un lugar al que un día van a llegar, un punto al que debemos caminar, un tiempo que se acerca o un cambio de vida que logrará hacernos felices.

Existen estadísticas que dicen que las personas están más felices cuando se acerca el fin de semana, desde el día viernes su forma de ver las cosas es diferente y están de mejor humor, con mayor vitalidad y ganas de hacer las cosas. Otras personas se sienten felices cuando tienen todo bajo control, cuando alcanzan un objetivo o logran una meta. 

La escritura de hoy en el libro de Filipenses no habla de una felicidad temporal o sujeta a las circunstancias,  dice que debemos regocijarnos en El Señor siempre! Regocijarse es sencillamente "estar gozoso", el apóstol Pablo dice "regocijaos en El Señor", debemos estar gozosos en Dios, gozosos en la confianza y esperanza que tenemos puesta en Cristo Jesús, gozosos en sus promesas, gozosos en Su fidelidad y en sus propósitos para nuestras vidas.

¿Cuando debemos regocijarnos en El Señor? SIEMPRE! La palabra siempre implica en todo tiempo, en todo momento, en todo lugar, frente a cualquier situación, rodeado de personas o en soledad, cuando hay ánimo y alegría o cuando hay desanimo y desesperanza, en tiempos de salud y en tiempos de enfermedad, en tiempos de abundancia y en tiempos de escasez, en tiempos de capacidad y en tiempos de impotencia, en tiempos guerra y en tiempos de paz. 

El apostol Pablo vuelve a repetir, otra vez os digo regocijaos! No es que fuera repetitivo de sus palabras, sino era una forma de hacernos ver que es una verdad absoluta regocijarse en El Señor siempre, que es  un acto de nuestra voluntad entregada al Señor, es una actitud de vida que no va a depender de lo que pasa en el exterior sino de lo que sucede en  nuestro interior.  

Solamente El Espíritu Santo puede traer gozo y permitir que estemos siempre gozosos ante la vida. No es fácil estar siempre gozosos, no es fácil sonreír en medio del dolor y sentir gozo ante la adversidad,  pero es un distintivo de los verdaderos hijos de Dios, que confían y esperan en Él

Yo confío en ti Señor, depende mi vida de ti y de tu poder, hoy te pido que llenes mi corazón de gozo por el poder de tu Espíritu Santo, quiero estar siempre gozoso, siempre confiado en ti, que mi entendimiento y mi corazón no busquen la felicidad en cosas terrenales y pasajeras, que pueda gozarme en ti en todo tiempo, en todo momento y en todo lugar, entrego mi voluntad a ti Señor, quiero regocijarme en ti Señor SIEMPRE! Amén!