viernes, 13 de febrero de 2015

CARACTER CRISTIANO: MANSEDUMBRE


VIVIENDO POR PRINICIPIOS
APLICANDO EL PRINCIPIO DE CARÁCTER CRISTIANO:
LA MANSEDUMBRE
Vamos a continuar hablando acerca de vivir una vida por principios bíblicos, hoy hablaremos del Principio Carácter Cristiano que nos ayuda a tener poco a poco el carácter de Cristo en nosotros.
Recordemos que la palabra CARÁCTER es el conjunto de rasgos, cualidades o circunstancias que indican la manera de pensar y actuar de una persona y que la distingue de las demás. Nuestro carácter marca rotundamente nuestra forma de ser, actuar, hablar, decidir y es la forma de ser por la que todos nos conocen.
Partiendo de esto vemos que hay varias características que predominaban en el carácter de Jesús cuando estuvo aquí en la tierra, su carácter, su forma de ser, su forma de actuar y reaccionar ante diversas situaciones nos dan la pauta para ver cuáles de esas podemos imitar de El y que reflejarán a los demás el carácter de Cristo en nosotros.
Hoy hablaremos de una de las cualidades del carácter de Jesús y es la  MANSEDUMBRE,  Mansedumbre viene de la palabra griega “praotes”, que significa aquella disposición tranquila, equilibrada en espíritu, que mantiene las emociones bajo control. Entre varias definiciones me gusto mucho una que dice que es la predisposición mental que permite sufrir con paciencia las ofensas que se reciben sin irritación, resentimiento o ánimos de venganza.
 Así que esa es una cualidad que podemos imitar de Jesús en nuestro carácter, aplicándolo a nuestro diario vivir y para convivir con quienes nos rodean. La palabra de Dios dice en Mateo 11:29 “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi, que soy MANSO y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas”. El carácter de Jesús era manso y humilde. Muchas veces la mansedumbre se puede confundir con otros conceptos equivocados:
Primero veremos qué:
 La mansedumbre NO ES DEBILIDAD, al contrario es una fortaleza en nosotros, es poseer la cualidad de perdonar injusticias, corregir faltas y tomar el control de las cosas. Eso no es ser débil.
La mansedumbre NO ES SER TONTO, se puede confundir con que una persona es mansa si es ignorante o tiene poco conocimiento o no se entera de nada, eso no es ser manso tampoco.
La mansedumbre NO ES SER TRANQUILO, muchas personas pueden confundir y decir yo soy manso porque soy muy tranquilo y casi no hablo con nadie… pero a pesar de esa pasividad o tranquilidad puede haber un corazón con altivez y arrogancia; la tranquilidad no es un signo de mansedumbre.
 Así que la Mansedumbre es una TOTAL DEPENDENCIA DE DIOS ANTE CUALQUIER CIRCUNSTANCIA INCLUSO BAJO PRESION.
Recordemos como define el profeta Isaías la personalidad de Jesús en capitulo 53:7 dice “Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.” Ese es un ejemplo claro de lo que es la mansedumbre.
Así que para poder mostrar el carácter de Cristo en mi yo debo tener mansedumbre en diversas situaciones y la palabra de Dios me dice dónde es cuando más debo mostrar esa cualidad en mi carácter:  
CUANDO TENER MANSEDUMBRE
1.    PARA CORREGIR:  Gálatas 6:1: “Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de MANSEDUMBRE, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.” Cuando corregimos a una persona ya sea porque ha pecado o porque ha cometido un error debemos revestirnos de MANSEDUMBRE, esta me lleva a no enfurecerme, a no juzgar a nadie y considerarme perfecto, sino a mostrar amor y paciencia hacia esa persona que ha actuado mal, pensando que yo también puedo equivocarme, para corregir a nuestros hijos o a quienes tenemos bajo nuestro cuidado debemos tener mansedumbre.
2.    PARA PRESENTAR DEFENSA  1 Pedro 3:15: “sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con MANSEDUMBRE y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”. Cuando debemos defendernos por alguna causa justa debemos presentar esa defensa con Mansedumbre, sin entrar en contiendas, pleitos o descensiones, también dice la palabra que la mansedumbre hará cesar grandes ofensas, presentar defensa con mansedumbre reflejara a Jesús en mi vida, quien siempre habló con la verdad, fue valiente, defendió lo que era justo pero nunca entró en pleito con nadie ni perdió su condición de ser santo.
3.    PARA DIRIGIRSE HACIA LA AUTORIDAD: Este punto me llamó la atención porque la escritura dice en Tito 3:1 “Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra.  Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres.” Cuando nos dirigimos a nuestras autoridades ya sea dentro de la iglesia como en cualquier lugar debemos mostrar Mansedumbre, esta escritura dice “recuérdales” que se sujeten, que obedezcan, que no difamen, que no sean pendencieros (que significa no ser propensos a pelear o enfrentar) sino que seamos amables y mostremos mansedumbre, la mansedumbre nos abrirá muchas puertas ante nuestras autoridades, más que la arrogancia y la altivez. 
4.    PARA RELACIONARSE CON LOS DEMAS  Efesios 4:2 dice  “con toda humildad y MANSEDUMBRE, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor”  La clave para poder relacionarnos con los demás exitosamente es la mansedumbre, esta nos llevará a soportarnos con paciencia unos a otros, a mostrar amor, a no ofendernos fácilmente, a no hacer daño y agraviar a los demás.

En conclusión esta cualidad del carácter de Jesús puede marcar en nosotros una forma de ser diferente y poco usual en estos tiempos de tanta violencia, orgullo, arrogancia y altivez, la mansedumbre nos lleva a depender de Dios y no de nosotros, a dejar nuestros argumentos y razones en Sus manos. Recordemos que una persona mansa no es una persona tonta, débil o tranquila, es una persona especial, distinta, fuera de lo común, quien es paciente, amorosa, inteligente, sabia y fuerte, alguien muy parecido a Jesús.