viernes, 22 de junio de 2018

CUANDO MAS NECESITO DE TI!



"Porque el Señor no desecha para siempre;

Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias"

Lamentaciones 3:31-32


La frase del novelista, poeta y ensayista escoces Robert Louis Stevenson dice: "Quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite", refiriéndose al comportamiento humano, resaltando la necesidad que todos tenemos de sentirnos queridos y aceptados aun cuando menos lo merezcamos. 

Todos tenemos momentos en la vida en los que cometemos algún error o hemos cometido errores que luego nos pesan sobre el corazón, cosas que hacemos quizás sin pensar, por imprudencia, por falta de sabiduría o por tentaciones a las que cedemos sin pensar sus consecuencias.  El punto importante no es por qué hemos caído en el error, sino como vamos levantarnos de allí.

La escritura dice que El Señor no desecha para siempre, Dios es un Dios de misericordia, de amor y de bondad, su esencia es amor y con ese amor incondicional nos ama a pesar de nosotros mismos, a pesar de nuestros errores, a pesar de nuestras malas acciones, a pesar de todas las cosas. 

El Señor se compadece de nosotros, el siempre nos ama cuando menos lo merecemos y nos abraza cuando menos dignos nos sentimos, porque El sabe que es allí cuando más necesitamos de su amor, de su consuelo, de su fuerza sobre nosotros para poder levantarnos y seguir adelante.

Si este día te sientes triste, mal, sin fuerzas. porque has pecado, has cometido algún error o has hecho algo que no es bueno, busca al Señor, reconoce que has fallado y habla con El pidiéndole perdón con todo tu corazón, acércate a El, recuerda que El Señor no desecha para siempre sino que se compadece de ti según la multitud de sus misericordias sobre tu vida.  Recibe el abrazo de Dios hoy y renueva tus fuerzas en El. Dios siempre nos abraza cuando más lo necesitamos!


Señor Jesús, perdona mis pecados, mis fallos, mis errores, perdona todas aquellas cosas que me hacen apartarme de ti y traen luego frustración, dolor, condenación y tristeza a mi vida. Reconozco mis errores  y mis fallos, humillo mi corazón ante ti y te pido me abraces con tu amor perfecto, que transforma mi pecado en redención y mi tristeza en gozo, lléname de ti Señor, gracias porque nunca me rechazas y por tu amor eterno, gracias por estar siempre aquí, cuando más necesito ti!