miércoles, 22 de febrero de 2017

SIN CONDENACIÓN



"¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, 

el que también intercede por nosotros."
Romanos 8:34

La palabra condenar significa imponer una pena a una persona por considerarla culpable de un delito o una falta, la palabra opuesta a condenar es justificar, en este versículo el Apóstol Pablo pregunta Quién es el que condenará??? Muchas veces nos convertimos no solamente en acusadores sino en jueces de nuestros hermanos y condenamos enérgicamente la conducta, la situación o la vida de alguna persona, imponiéndole una pena porque la consideramos culpable, según nuestra propia opinión.

La palabra de Dios dice “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.” Romanos 8:1 Quién podrá condenarnos? Nadie puede condenarnos, ni declararnos culpables y juzgarnos, porque dice la escritura que Cristo murió y mediante su sacrificio en la Cruz del calvario somos justificados, el mismo que está sentado a la diestra de Dios, también intercede por nosotros, no dice en ningún momento que nos condena en nada.

Esa es la actitud de Jesús y cuál es nuestra actitud? somos acusadores o jueces y vamos condenando vidas, acciones, personas y situaciones. El Señor nos exhorta a ser como él, en vez de condenar podemos ser como Jesús y tomar un lugar de INTERCESORES por todas esas cosas que vemos que no están bien en determinadas personas. 

Somos libres de condenación y debemos ser libres para no juzgar y condenar a otros, seamos intercesores como Jesús, clamando al Padre porque haga Su voluntad y corrija lo que vemos que no está bien, solo El tiene la perfecta solución de las cosas porque es un juez justo, bueno, recto y perfecto.

Señor gracias porque en Ti no hay condenación para nosotros, si creemos en ti tu nos justificas, si estamos en ti no hay condenación para nosotros, por favor Señor que no seamos jueces de nadie, tu nos has enviado a ser solamente testigos o ser como tu intercesores, el mundo está lleno de jueces, que juzgan las acciones de otros, que censuran conductas y actitudes, que se quejan y señalan, pero hay pocos intercesores ante el Padre para que las cosas puedan cambiar, danos Señor un corazón de amor, que podamos interceder por nuestros hermanos orando en todo tiempo y nunca condenando. Amén!