sábado, 30 de mayo de 2020

VOY A TI!


"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar." 
Mateo 11:28


Te has sentido trabajado y cargado? Cuando estamos trabajados estamos cansados y desgastados, en términos actuales,  estamos estresados, con nuestras fuerzas al límite y con pocos ánimos para continuar resistiendo. Quizas en este tiempo no tenemos un cansancio físico por el exceso de trabajo, pero por naturaleza nos cansamos de vivir las mismas cosas y estar en los mismos lugares, tendemos a cansarnos aún de descansar. 

Todos alguna vez nos hemos sentido trabajados y cargados, es allí, en ese punto de nuestra condición cuando El Señor nos dice VENID A MI!!

Venir al Señor quienes nos sentimos trabajados y cargados, es llegar ante un Padre bueno que nos comprende, que siente cada cosa que vivimos y que nos abraza, primeramente para hacernos sentir que, aunque estemos cansados no estamos solos, también venir a Él es traer toda esa carga pesada que llevamos sobre nuestros hombros, en nuestra mente y que satura nuestros pensamientos y  que nos hace sentir impotentes, porque no sabemos qué hacer con tanto peso o preocupaciones.   Venir al Señor es entregarlo todo y dejar que El nos haga descansar.

Pero cómo encontraremos ese descanso? Aprendiendo de Él dice el siguiente versículo, que es manso y humilde de corazón, entonces hallaremos descanso para nuestras almas. La humildad y la mansedumbre descargan el corazón de la competencia, de los juicios de otros hacia nosotros, descargan nuestra alma de la angustia de llegar a metas y límites que otros o nosotros mismos nos hemos puesto. 

Muchas veces nos cansamos y cargamos porque queremos siempre tener nuestra cabeza en alto, porque no queremos humillarnos y ser como Jesús, aceptando Su voluntad y haciéndola en nuestra vida, nos cansamos porque queremos tener la razón, no nos gusta padecer y sufrir por ninguna causa y nos desgastamos tratando de luchar en nuestras propias fuerzas.

Por eso ser manso y humilde nos pone en otra posición, nos pone a la altura nada más y nada menos que de Jesús, que se humilló hasta lo sumo, que se despojó de sí mismo y que hoy después de tanto sacrificio, reina y está a la derecha del Padre, a su tiempo Dios le exaltó a lo sumo y lo hará con nosotros si aprendemos a ser humildes como Jesús lo fue.

Venid a mi dice El Señor hoy, si estás trabajado y cargado, ve a Jesús, entrega esa carga, humilla tu corazón, alma, mente y todo tu ser ante El, hallarás ese descanso que tu alma necesita, comenzarás cada día fortalecido en Sus fuerzas, ¡Qué descanso venir a Jesús hoy y humillarnos bajo Su poderosa mano de amor!

Toma un tiempo ahora para hablar con Jesús y dile todas aquellas cosas por las que te sientes trabajado y cargado, derrama tu corazón ante El y renuncia a ir en tus propias fuerzas. Decidamos aprender a ser mansos y humildes como El. Jesús quiere hacernos descansar hoy en Su amor y en Su poder, no dejes pasar este momento.