lunes, 9 de noviembre de 2015

LA ARMADURA DE DIOS



“Vestíos de toda la armadura de Dios, 
para que podáis estar firmes contra las asechanzas del enemigo" 

Efesios 6:11 


    Hoy iniciaremos un tiempo dedicado a reflexionar sobre la armadura de Dios, esa armadura que habla Su palabra de la que todo cristiano debe vestirse cada día para poder estar firme contra las asechanzas del enemigo. Es innegable que vivimos en una continua batalla espiritual donde el bien que hay en nosotros lucha contra los deseos de este mundo, el enemigo y nuestra carne. La armadura en tiempos antiguos servía al guerrero para proteger las partes vitales de su cuerpo y evitar así que tuviera algún punto vulnerable y no pudiera continuar en la batalla.



    Tenemos la clave en la palabra de Dios de cómo poder estar firmes, un guerrero derrotado es señal de una futura batalla perdida. Este versículo dice que nos vistamos de TODA la armadura de Dios, no solamente de una parte de ella, para que podamos estar firmes contra las asechanzas del enemigo, el estar firmes es permanecer en pie, erguido y fuerte en el espíritu, las asechanzas son los ataques del enemigo que de diversas formas querrán venir a hacernos caer, pero si nos vestimos de toda la armadura de Dios podremos permanecer firmes hasta terminar la batalla que estemos librado.


     En el diario vivir libramos pequeñas y grandes batallas internas, en nuestro corazón; libramos batallas en nuestras relaciones personales, de trabajo, batallas de fe, batallas económicas, batallas de enfermedad… pero Dios nos ha dado la clave, vestirse de toda la armadura de Dios, es tiempo de despertar y dejar de vivir oprimido y mantenerse firme en medio cualquier batalla o asechanza que el enemigo quiera hacer contra nosotros.


OREMOS: Señor no salir de mi casa ni un solo día de mi vida sin haber orado, buscar tu presencia y vestirme con toda tu armadura, ayúdame a librar mis batallas contigo Señor,  que la opresión que el enemigo quiera tener sobre mi sea destruida a través de vestirme de tu armadura, no quiero tener puntos vulnerables por donde el enemigo pueda atarcarme, quiero vivir una vida victoriosa, enséñame Señor las claves para ser un vencedor! Amen!