domingo, 14 de enero de 2018

DIA 12: NO PODRÍA SIN TI!


"Si no me ayudara Jehová,

Pronto moriría mi alma en el silencio.
Cuando yo decía: Mi pie resbala,
Tu misericordia, oh Jehová, me sustentaba.
En la multitud de mis pensamientos dentro de mí,
Tus consolaciones alegraban mi alma."
Salmo 94:17-19

Qué sería de nosotros sin Dios? A dónde iría buscar consuelo nuestro corazón si no fuéramos a El? Quién nos sustentaría, consolaría y alegraría aún en momentos de desolación y dolor? El camino del cristiano es un camino estrecho, que escoge la parte más difícil, más sacrificada, más auténtica, pero todo tiene un propósito, por eso vale la pena. 

Has pasado tiempos en tu vida en los que vienen pruebas y adversidad una detrás de otra, tiempos de angustia, de dependencia total de Dios, tiempos de silencio y de diserto, termina una tribulación y comienza otra, y detrás una más? La palabra dice que muchas son las aflicciones del justo, no habla de una aflicción, no habla de dos aflicciones al año y ya estás listo, no habla de una aflicción al mes o a la semana, cuando se refiere a muchas, es porque debemos preparar el corazón y saber que aunque son muchas, de TODAS nos librará El Señor. 

El Salmo 94 dice que en la multitud de nuestros pensamientos, las consolaciones de Dios alegraban nuestra alma, cuando estamos en angustia vienen multitud de ideas y pensamientos que nos atemorizan, nos hacen sentir impotentes, buscamos soluciones, buscamos por dónde podríamos encontrar la salida y el enemigo siempre viene a llenarnos de más temores y angustias, nos hace ver todo tan complicado e imposible, es allí en medio de muchos pensamientos negativos y de derrota, cuando viene la consolación de Dios a alegrarnos, a llenarnos de fuerza, a hacernos sentir renovados y pensar que si hemos salido de tanto, de esta prueba también saldremos, porque El está allí siempre a nuestro lado. 

Ese es el corazón de Dios hacia todo aquel que está pasando por una prueba o tiempo de adversidad, llegan momentos en los que sentimos que desfallecemos, pero al sentir que caemos, allí está El Señor sin recriminación, sin juicio, sin condena, sino con mucho amor viene, nos da su mano y nos sostiene. Nuestro Dios es el único que puede hacer que en medio de tantas angustias, preocupaciones, afanes y dolor podamos sentir alegría sobrenatural, paz en el alma, consuelo, ganas de seguir adelante, ponernos de pie ante la vida y una sonrisa en nuestro rostro.

Si estás pasando hoy por muchas pruebas o el tiempo de adversidad se ha levantado en tu vida habla con El Señor y dile:

Si no fuera por ti, dónde estaría?
Sino fuera por ti, mi alma desfallecería y no tendría fuerzas para seguir adelante.
Sino fuera por tu ayuda, yo me habría caído sin esperanza de levantarme.
Sino fuera por ti, por tu gran amor que alegras mi corazón y me llenas de consuelo, si tu no me ayudaras Señor yo no podría.
Gracias por llenar mi vida, por sostenerme cada día, por consolar mi alma y por darme una esperanza, que sería de mi vida Señor sino fuera por ti. 
Tu me librarás de esta adversidad que estoy pasando, tu me enseñarás de esto que estoy viviendo y del otro lado de la prueba seguirás conmigo para continuar el camino juntos. Gracias Señor porque nunca me dejas, que sería de mi sin ti!