"No puedes evitar que los pájaros vuelen sobre tu cabeza, pero si puedes evitar que hagan nido en ella." Martín Lutero Una frase muy sabia, porque cuántas cosas pasan por nuestra mente cada día, según estudios científicos se estima que tenemos un promedio de 60,000 pensamientos al día y que la mayoría de esos pensamientos pueden ser negativos, repetitivos o de eventos pasados.
Cómo son nuestros pensamientos? ¿Qué pensamos a lo largo del día? Si podemos tener un promedio de 60,000 pensamientos al día, qué pensamientos son más repetitivos, en da vueltas y vueltas nuestra mente o qué cosas negativas nos hacen perder el sueño, la tranquilidad y la paz?
El Salmo 94 nos da una escritura preciosa porque nos alienta a no permitir que nuestra mente tome el control de nuestras acciones y nos llene de dudas y preocupaciones. El Salmo 94 dice "cuando mi mente se llenó de dudas, tu consuelo renovó mi esperanza y mi alegría", una mente puede llenarse de dudas, de temores al futuro, de incertidumbre, puede llenarse de angustia pensando en lo que está por venir o pensando en las cosas presentes a las que no vemos salida, pero es allí donde la consolación de Dios viene para renovar nuestra esperanza y nuestra alegría.
El consuelo de Dios es el mejor aliento para un corazón preocupado o ansioso, generalmente consolar es ayudar a una persona a que por medio de los gestos de amor y las palabras suaves y de afecto, pueda sentirse confortado y aliviado, aunque el problema quizás persiste de momento, el corazón se siente aliviado y llega un rayo de alegría al corazón.
Dios consuela a sus hijos, como un padre, se acerca, nos abraza, nos demuestra su amor y su comprensión, porque Dios es un Dios de consolación. Debemos leer la palabra de Dios cada día sobre todo cuando estamos tristes y sin esperanza, porque en ella está la consolación que Dios nos da, recordándonos todas las cosas que Él ha hecho por nosotros y de dónde nos ha sacado, cómo nunca nos ha desamparado y cómo nos ha prometido la victoria y el estar con nosotros todos los días hasta el fin.
Si hoy necesitamos consuelo, si nos sentimos desalentados o desanimados, no dejemos que nuestra mente se llene de dudas o que multitud de pensamientos negativos, repetitivos o sin esperanza nos llenen el corazón de angustia, recibamos el consuelo de Dios que se encuentra en Su palabra para que nuestro corazón tome aliento, dé un respiro y podamos seguir adelante porque hay mucho camino por recorrer!