sábado, 28 de septiembre de 2019

NO TE CANSES!


"También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar" Lucas 18:1

Jesús habla a sus discipulos acerca de esas necesidad tan grande que debe haber en cada uno de nosotros: ORAR SIEMPRE Y NO DESMAYAR. Esta es la parábola de una mujer de la que ni siquiera sabemos el nombre, solamente se le conoce como "la viuda y el juez injusto", ella venía continuamente pidiéndole que le hiciera justicia, aquel juez cansado de oírla continuamente decide hacerle justicia, antes que perder la paciencia, entonces Jesús hace les dice: Esto lo dice un juez injusto "Y no hará Dios justicia a sus escogidos que claman a Él día y noche?

El Señor sabe de todas aquellas cosas de las que tenemos necesidad y conoce nuestra peticiones, pero muchas veces nos cansamos de orar por lo mismo, quizás tenemos peticiones en el corazón que presentamos al Señor muchas veces y nos cansamos de hacerlo porque el tiempo pasa y no recibimos respuesta, nos cansamos, nos damos por vencidos, nos agotamos y desistimos.

EL Señor quiere en nosotros una actitud como la de esta viuda,  una oración  que no desmaya, que no se cansa, que no desiste, que no abandona sino que persevera. 

¿Te has cansado de orar por una persona y no hay cambios? ¿Te has cansado de orar por una misma situación y no hay solución? ¿Has pedido al Señor por un milagro y todo sigue igual? ¿Has clamado por justicia y sigues viviendo injusticia? No te canses, no desmayes, esta viuda clamó a un hombre injusto y este hombre a pesar de su actitud tuvo compasión de ella, cuánto más obrará Dios en nuestras vidas con el amor tan grande que nos tiene?

Esa debe ser nuestra confianza y esperanza, perseverar en la oración y confiar en el amor inmenso de Dios que a su tiempo cambiará el rumbo de las cosas, resolverá todo conflicto, hará un milagro y veremos Su gloria en nuestras vidas.

Que no desmaye tu corazón, no te canses,  ora, confía, Dios hará el resto!

martes, 24 de septiembre de 2019

DESDE EL PRIMER DÍA

"Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. "
 Daniel 10:12

¿Hay alguien que me escuche? Parece que nadie me escucha! ¿Escucha Dios mi oración? ¿Y si me escucha por qué no me responde?!!  Estas preguntas y afirmaciones pasan por nuestra mente en determinados tiempos de la vida, cuando hablamos con Dios presentando una situación y venimos una y otra vez, pero pareciera que no hay respuesta aparente a nuestra petición.

Dios siempre escucha, pero también es importante la disposición de nuestro corazón a entender y humillarnos ante su presencia, cuando estamos dispuestos a que sea Su voluntad y no la nuestra, cuando estamos dispuestos a que quizás Dios nos muestre que estamos equivocados en ciertas actitudes y formas de actuar que nosotros creemos correctas, cuando estamos dispuestos a pasar por el filtro de Dios y cuando estamos dispuestos a entender y no solamente a recibir, es entonces cuando Dios escucha nuestras palabras y actúa.

En versículo de hoy Dios nos da una palabra de ánimo, porque como primera cosa dice NO TEMAS,  pero también quiere hablarnos para que reflexionemos si tenemos un corazón dispuesto a entender y humillarse ante Dios, desde el primer momento que presentamos una petición Dios escucha nuestro clamor y nuestra oración, pero quizás algunas veces tardamos en estar dispuestos que las cosas sean cuando Dios quiere, donde Dios quiere y cómo ÉL quiere, no a nuestra forma, no cómo quisiéramos, sino como El cree que es mejor.

El Señor está atento a nuestro clamor y escucha nuestras peticiones, nuestra parte es estar dispuestos, dispongamos hoy nuestro corazón a entender y humillarnos ante EL Señor, veremos grandes maravillas!

domingo, 22 de septiembre de 2019

TU ERES EL DESEO DE MI CORAZÓN!




Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.

Salmo 37:4

Por qué Dios quiere conceder nuestros deseos o peticiones, gana o consigue Dios algo al darnos un deseo del corazón? Cuando amamos a alguien, sea nuestros hijos o alguien muy especial para nosotros, y nos cuenta acerca de algo que le hace mucha ilusión, a veces nos hacemos indiferentes y le damos poca importancia, pero esa semillita de ilusión ya se ha quedado en nuestro corazón, el amor que hay en nosotros hacia ese ser amado, nos mueve a querer, si está dentro de nuestras posibilidades, el conceder esa ilusión que tiene en su corazón, ese amor nos lleva a actuar y mover cosas para hacerles sonreír  y que se sientan felices.

Todos tenemos deseos, sueños, anhelos, peticiones o ilusiones que viven en nuestro interior esperando ver cumplir, quizás conseguir algo que por muchos años hemos deseado, quizás alcanzar una meta o ideas e imaginaciones que un día nos cautivaron y se convirtieron en un deseo profundo del corazón.

Quizás  tenemos peticiones, sueños o deseos que ni nosotros mismos nos hemos confesado que los tenemos, incluso a veces hemos renunciado o descartado la posibilidad de conseguirlos, pero si esos sueños y deseos están dentro del orden de Dios, no dudes que un día pueden llegar a cumplirse.

Me sorprende y maravilla el amor de Dios como padre trabajando para conceder la petición de tu corazón, si pudiéramos tan solo ver todos los hilos que Dios va tejiendo para que tu petición sea concedida y para que veas el milagro hecho ante tus ojos...  

Dios no se cansa y no descansa, EL Señor nunca duerme, nos contempla dormidos, despiertos, saliendo, entrando, llorando, clamando, sonriendo y esperando, El conoce los deseos de nuestro corazón y si la petición que esperas aún no ha sido concedida, no es porque El Señor sea indiferente, es porque EL está trabajando y a su tiempo y en su perfecta voluntad, pondrá ese regalo en tus manos, concediendo el deseo de tu corazón.

La palabra dice que nos deleitemos en Él,  que El Señor sea nuestra mayor ilusión y nuestro mayor deseo, cuando todo sobra, cuando nada hace falta, cuando nos sentimos completos en Dios, es entonces cuando realmente nos deleitamos en Él.

Deleitate hoy en El Señor, no para que conceda las peticiones de tu corazón, sino para descubrir lo maravilloso que es sentir Su amor que nos envuelve, que nos sostiene, que nos llena de seguridad, paz y bendición.

Dios puede conceder los deseos o peticiones de tu corazón, no lo dudes,  ámalo profundamente, que El sea tu prioridad y tu mayor anhelo, espera en Él y un día el deseo de tu corazón será una realidad.

Señor tu eres lo que yo más deseo, fuera de ti no hay nada!