viernes, 7 de septiembre de 2018

NO DUDES EN TU CORAZÓN


“Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.”

Marcos 11:22-23

El enemigo mas grande de la fe es la incredulidad, esa duda que surge en el corazón con el interrogante ¿Hará Dios aquello que esperamos? el versículo anterior dice que cualquiera que dijere a este monte quítate y échate en el mar y NO DUDARE EN SU CORAZÓN, sino que creyere será hecho lo que dice.


La incredulidad es una de las actitudes del corazón que más dolor le causan al Señor, porque significa que creemos imposible que El haga algo para solucionar nuestros problemas o nuestros conflictos. La escritura dice que la incredulidad hace nula la fidelidad de Dios, nos aparta de El, endurece nuestros corazones, también por la incredulidad de muchos dice la palabra que Jesús no hizo muchos milagros en cierto lugar. 

Debemos recordar que la incredulidad frena la mano de Dios, no permite que podamos crecer y nos lleva al fracasar. Cuando tenemos dudas el mensaje que estamos enviando de nuestro corazón al corazón del Dios es que no le creemos capaz de hacer algo y que no es merecedor de nuestra confianza.

Cuando alguien nos pide que hagamos algo y constantemente está dudando si lo haremos o no lo haremos o si continuamente nos está preguntando acerca de lo mismo, rápidamente nos molestaríamos diciéndole ¿Por qué no confías en mi? de la misma forma nosotros podemos entristecer el corazón de nuestro Señor con nuestras actitudes de duda y El nos diría una y otra vez ¿Por qué no confías en mi?

Necesitamos depositar nuestra confianza en El Señor una vez más y depositar nuestra fe al completo en Él, lo cual es una entrega segura, que no nos defraudará y que nos abre una puerta hacia la esperanza. 

Cerremos hoy la puerta a la incredulidad, a la duda, al temor y a la falta de fe, abramos nuestro corazón para depositar nuestra confianza en El Señor. Descansa en El Señor tu confianza en El está segura y verás el fruto para bendición. No dudes en tu corazón, cree en Él!

 Señor te entregamos nuestra fe, ayuda nuestra incredulidad, quita la duda de nuestro corazón para confiar en ti y depositar nuestra confianza completamente en tus manos. No quiero dudar de ti Señor, no quiero que tu corazón se duela porque no confío lo suficiente en ti. Quiero descansar en ti con todo mi corazón y depositar mis cargas a tus pies, sabiendo que Tu sabrás como solucionar cada uno de mis problemas y harás lo mejor para mi, yo sólo confío en ti Señor, creo en ti y no dudaré más en mi corazón! Amén!