viernes, 9 de septiembre de 2016

NO MAS OPROBIO!




"Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio."
Nehemías 2:20

Todos hemos pasado, pasamos y pasaremos pruebas, tiempos en los que sentimos que todas las puertas se cierran, que todo se derrumba o en los que vamos librando una prueba tras otra y no hay forma de ver la luz al final del túnel, tiempos en los que todo es difícil, cada uno sabe lo que enfrenta en el día a día y El Señor también nos conoce y sabe el valle de sombra por el que caminamos en muchos momentos de la vida.

En el capítulo dos del libro de Nehemías encontramos un lugar devastado por los enemigos, cuando llegó Nehemías a ver cómo estaban las cosas se encontró un panorama sumamente difícil, todo estaba destruido, el muro derribado y el pueblo sin protección, era obvio que el desanimo y la desesperanza se habían vuelto parte del corazón del pueblo de Israel en Jerusalén. Pero Dios había confirmado al corazón de Nehemías que debía edificar otra vez el muro y que El estaría con ellos.

Nehemías les dice: Vosotros veis la situación tan mala en la que estamos, Jerusalén esta desierta y sus puertas consumidas por el fuego, pero venid, edifiquemos el muro y no estemos mas en OPROBIO. El oprobio es deshonor, donde la dignidad de una persona está derribada y es presa fácil del rechazo y la vergüenza.  

Cuando estamos enfrentando batallas, el enemigo desea vernos en Oprobio, derribados, destruidos, abandonados, dejados de nosotros mismos, sin esperanza, en desprotección total y sin ánimo para continuar el camino, no hay mayor satisfacción para el enemigo de nuestra alma que encontrar un corazón preso del oprobio, donde ya nada importa y tanto lo bueno como lo malo no tienen importancia.

No podemos permitir vivir en Oprobio, El Señor habló a Nehemías para volver a edificar el muro, si hemos caído debemos levantarnos, si hemos recibido un ataque fuerte y nuestras fuerzas se han debilitado debemos pedir al Señor nuevas fuerzas y levantarnos aún del polvo.  El pueblo de Israel estaba temeroso y sin esperanza, viendo y contemplando la tragedia que les había ocurrido, pero eso no solucionaba nada, debían levantarse y volver a edificar el muro. 

La autocompasión y la autoconmiseración no van a levantar nuestra vida, no podemos contemplar nuestro pasado o nuestro presente  y ver solamente lo que nos ha ocurrido, debemos buscar la solución y pedir al Señor su gracia, su fuerza, su ánimo y esperanza para volver a levantarnos y nunca para dejar que nuestra vida sea presa del Oprobio, somos sus hijos, somos su pueblo, Dios es nuestro Padre y nada ni nadie puede destruirnos y dejarnos en vergüenza y deshonor.


Clamamos a ti hoy Señor, levanta nuestras vidas, no importa lo que hemos vivido antes, quizás nos hemos acostumbrado a vivir en vergüenza y en oprobio donde quiera que vamos, ya no nos importa si pasan cosas buenas o malas a nuestro alrededor, pero hoy te pedimos una vez más que nos levantes, que edifiques en nosotros todo lo que el enemigo ha querido destruir y nos revistas de nuevas fuerzas, ánimo y fe para creer que volveremos a levantarnos y veremos tu gloria. Señor edifica tu en nosotros, bendice nuestro camino, no queremos estar más en oprobio. Amén!