martes, 23 de julio de 2019

DAME TUS FUERZAS!


Y como tus días serán tus fuerzas.
Deuteronomio 33:25


Es imposible llevar esta carga para mi! Yo no voy a poder con esto! No puedo más! Me van a faltar las fuerzas! Estoy cansado y no puedo seguir más! Estas expresiones tan dolorosas y de tanto sufrimiento quizás han sido dichas por algunos de nosotros, cuando sentimos el peso de la prueba o de las luchas que enfrentamos en tiempos de aflicción, cuando la rutina de la vida se torna cuesta arriba, sentimos que no podemos más y la carga es demasiado grande para llevar.  Otras veces el peso  no es la aflicción, sino el cansancio de tanto trabajo diario, ir y venir, haciendo mil cosas en el día, nos cansamos porque somos humanos y a momentos sentimos que no podemos más.


También hay momentos en los que la carga es nuestra familia, nuestros hijos, una situación inesperada y fuera de nuestro control, que nos hace tambalear y pensar que no podremos llevar esta nueva cosa que debemos enfrentar.

Sin embargo, hoy El Señor quiere darnos una vez más una promesa de esperanza y alegría, en el libro de Deuteronomio Moisés bendice a las doce tribus de Israel, a cada uno le da promesas del cielo para ellos y su descendencia y a Aser le da una promesa que sigue vigente el día de hoy para  nosotros "como tus días serán tus fuerzas", no solamente habla de la fuerza física, porque cuando sentimos que no podemos más del cansancio, Dios trae un bálsamo sobre nuestro cuerpo y sentimos fuerzas renovadas, nos da nuevo aliento y podemos terminar el día y al día siguiente nuestras fuerzas son otras, no siguen gastadas sino que se han renovado.

Cuando hemos vivido tiempos de aflicción y vemos hacia atrás podemos pensar ¿Cómo fue posible que yo pasara por esto? O podemos decir No puedo creer que haya soportado tanto dolor! pero es que en nosotros se cumple esa palabra, como son nuestros días, Dios nos da  la medida de fuerza que necesitamos.  Si son días llenos de sufrimiento y dolor, de ocupación y trabajar sin descanso, si nuestros días son difíciles de llevar y casi imposibles de terminar, El Señor nos da la fuerzas para cada día según venga, porque El está con nosotros y de Él viene la fuerza para soportar, avanzar y terminar aquello que estamos viviendo, porque Su promesa es real y se cumple.

Quizás estés pasando tiempos duros, en los que las fuerzas se debilitan, en los que el camino se hace largo, en los que no ves ninguna señal, tiempos secos y de desierto o tiempos de tormentas y de angustia, tiempos rutinarios sin cambios y sin soluciones, Dios ha prometido darte la fuerza para el día que estés viviendo, la medida de fuerzas y fe de ayer no es igual a la de hoy ni será igual a la de mañana porque cada día trae su propio afán y El Señor nos dará la fuerza para enfrentar cada día y saldremos más que vencedores.

No te desanimes, clama a la fuente de vida y fuerza, que alentará tu corazón, que te llenará de vigor y esperanza, no dudes en buscar  la presencia del Señor, recibe Su fuerza según el día que vives y nota la diferencia!!!

Señor toma mi vida, llena mis días, dame tu las fuerzas, confío en ti! Amén!