viernes, 5 de octubre de 2018

PAN SOBRE LAS AGUAS


"Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás. Reparte a siete, y aun a ocho; porque no sabes el mal que vendrá sobre la tierra"Eclesiastés 11:1-2


Leyendo detenidamente este versículo, puede sonar contrario porque dice “echa tu pan sobre las aguas y después de muchos días lo hallarás, nuestra mente humana nos dice: Cómo va a mantenerse el pan sobre el agua tantos días? el agua lo puede deshacer y desaparecer, pero esta escritura nos motiva a que activemos nuestra fe y empecemos a dar sin esperar, gozosos de bendecir y agradar a quien lo necesita. Dice también reparte a siete y aún a ocho porque no sabes el mal que vendrá sobre la tierra, el dar no tiene límites…



Debemos  dar siempre lo mejor de nosotros a los demás, no importa si es pobre o es rico, no importando si es amigo cercano o lejano… No es necesario dar bienes materiales o económicos, dar es un don, compartir lo que tenemos, puede ser una palabra de aliento, puede ser una sonrisa, un abrazo, un consejo, nuestro tiempo… porque vivimos en un mundo lleno de indiferencia, en una sociedad donde el interés por los demás se ha perdido, donde nos gusta tanto recibir, pero poco nos gusta dar y si damos queremos ver los frutos de esa siembra pronto y disfrutar de ellos, pero el amor no actúa así.


El Señor nos anima hoy y siempre a dar, a buscar el bien de los demás, el bendecir a otros, a repartir el pan de nuestras palabras, de nuestro cariño, de nuestro esfuerzo… una llamada, una tarjeta, un saludo, nuestro tiempo, una sonrisa, nada es poca cosa; los detalles hacia las personas traen bendición a sus vidas, seamos con los demás como quisiéramos que fueran con nosotros.

Que nuestro corazón no se canse de dar y hacer el bien, estemos seguros que tarde o temprano volverá, nos sorprenderá y alegrará nuestro corazón! Sigue echando tu pan sobre las aguas!

Señor que nunca nos cansemos de dar, de mostrar el amor que tu has derramado en nuestro corazón, llénanos de ti para seguir dando a otros sin ningún interés, sin esperar nada a cambio, así como tu nos has amado siempre! Amén!