sábado, 25 de febrero de 2017

SU PODER EN MI



"Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, 
para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros"

2 Corintios 4:7


El proceso de la elaboración de un vaso de barro comienza con la limpieza del mismo, quitando todo tipo de piedras y hiervas que pueda llevar en él. Cuando el barro está limpio se pasa por agua y si se quiere hacer una pieza grande el barro debe estar más duro para poderlo trabajar mejor. Luego viene el proceso del amasado, con sus manos el alfarero lo toca, lo amasa, lo transforma en una masa suave, moldeable y lista para ser formada. No hay un vaso de barro listo si no se somete al proceso de la cocción, a temperaturas de más de mil grados, el calor del horno hace que la pieza esté lista para usarse. Durante todo este proceso el alfarero está todo el tiempo pendiente de su vaso de barro hasta que está listo para ser usado, no hay duda que el barro por si sólo no significa nada, solamente cuando pasa a manos del alfarero.

La escritura de hoy dice que el tesoro de la vida, nuestro Dios, habita en nosotros vasos barro, nosotros  que al igual que el barro, hemos sido primero limpiados por su sangre y por su poder hemos salido de las tinieblas a su luz verdadera. Luego hemos recibido el poder de su Espíritu Santo como esa agua fresca, para transformar nuestra vida, nuestro corazón y todo nuestro ser interior, para permitir que Dios pueda moldearnos.

Somos vasos de barro en manos de Dios, quien ha sido nuestro alfarero, quien moldea cada día nuestra vida, quien nos somete al proceso del fuego, al horno de la prueba, pero que sabe que es necesario para que realmente podamos ser vasos útiles y resistentes. Durante este proceso, El Señor siempre estará a nuestro lado, el siempre con sus ojos puestos en su vasija de barro por el amor tan grande que tiene por todos nosotros.


Recordar el proceso que lleva al barro a convertirse en un vaso útil,  nos recuerda que por nosotros mismos no somos quienes podemos, es el poder de Dios que mora en nosotros, quien nos llena de gracia, de fuerzas, de poder para cada etapa que debemos enfrentar y es así como verdaderamente se manifestará la excelencia del poder de Dios.


Debo recordar hoy, que es el poder de Dios en mi el que me da fuerzas para seguir adelante, para caminar en fe aunque el camino se vea oscuro y gris, el poder de Dios en mi el que me levanta, sana y restaura, no son mis fuerzas, no es por mi poder, es El en mi, en un vaso de barro para que la excelencia del poder sea de Él y nunca mía.

Descansemos hoy en ese poder que mora en nosotros vasos de barro y dejemos que sea la excelencia del poder de Dios,  quien resuelva todas las cosas, ponga cada pieza en su lugar y nos abra el camino para seguir adelante en el nombre de Jesús.

Gracias Señor porque tu poder mora en mi y me llena de fortaleza. Permite que siempre recuerde que yo soy un vaso de barro y que es tu poder quien puede resolver todas las situaciones, quien puede abrir caminos, quien puede arreglar las cosas, aún las más imposibles. Quita de mi toda la falta de fe y de esperanza, afirma mi corazón en ti, que sea tu poder en mi siempre mi mayor tesoro, mi mayor consuelo, mi única fortaleza, mi fuente de gozo y de vida eterna, gracias Señor! Amén!