domingo, 3 de enero de 2016

FRUTO DEL ESPÍRITU: EL AMOR


EL FRUTO DEL ESPIRITU: EL AMOR

"y la esperanza no avergüenza; porque el AMOR de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado."
Romanos 5:5


Si el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado, eso quiere decir que tenemos en nuestro interior el amor de Dios viviendo en nosotros, para poder amar y dar amor a otros, es el primer fruto que menciona la palabra de Dios, el amor encierra mucho es el motor que mueve nuestras vidas cada día. 

El amor no es solamente un sentimiento o una emoción pasajera que luego desaparece, el amor dice la palabra de Dios que nunca deja de ser, es por ello tan importante cultivar el fruto del amor en nosotros y mostrarlo a los demás ya que es la primera cualidad de un verdadero hijo de Dios.

El amor podría decirse que debe manifestarse en nosotros en tres áreas diferentes:

1. Amor a Dios sobre TODAS las cosas: "Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas." Deuteronomio 6:5
El amor hacia Dios debe ser el centro de nuestras vidas, incluye el corazón el alma y las fuerzas, no podemos amar a alguien que no conocemos, pero si nos acercamos al Señor, El mismo nos enseñará a amarle y serle fiel.

2. Amor al Prójimo: “Si alguno dice: yo amo a Dios y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” (1 Juan 4:20). El amor hacia mis hermanos, es la segunda manifestación del amor, es el fruto que será visto en nosotros y del cual comerán muchos, un amor no fingido, un amor incondicional y verdadero.

3. Amor a nosotros mismos: " Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros como Yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos si tuviereis amor los unos por los otros”. Juan 13:34-35
En esta cita bíblica también menciona el amor unos a otros, pero antes hablar del amor hacia nosotros mismos, ya que al amarnos a nosotros mismos, valoramos la obra de Dios en nosotros, sabemos el valor tan grande que tenemos delante de Dios al haber enviado a SU único hijo a morir por nosotros y eso nos lleva a abstenernos de pecar y desvalorizar nuestra vida. Es muy importante amarse a sí mismo, no es ser egoísta y pensar solo en nosotros, es vernos como aquél por el que Cristo murió un día y que valemos Su preciosa sangre.

El fruto del amor no puede manifestarse incompleto, solo amando a Dios y a nosotros mismos, o amando a nuestros hermanos y a nosotros mismos sin amar a Dios y no se puede amar a Dios y a nuestros hermanos y despreciarnos a nosotros mismos, todo es un complemento perfecto. El fruto del amor es un fruto que debe cultivarse día a día y revisar nuestras siembras y cosechas para que nunca falte, porque es el centro de todo.

OREMOS: Señor hoy te pedimos que pongas en nosotros de tu amor y que este fruto del Espiritu pueda desarrollarse en nosotros primero amandote a ti sobre todo y contra todo, amando a los demás, no como nosotros quisieramos que fueran, sino como son, tu corazón de amor alcanza a todos, tu amor cubre todo, enseñanos a amar a los que mas nos cuesta y enseñanos también a recibir amor de otros, consuela hoy a todo aquel que necesita sentirse amado, querido, aceptado, que tu llenes hoy el corazón del que esta triste con tu amor, derrama de tu amor hoy en nuestro corazón para poder ver a los demás, incluso a nosotros mismos, como tu nos ves. Amen!