domingo, 10 de septiembre de 2017

NO TE QUEDES SOLO


" Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo,
 como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar"

1 Pedro 5:8


El león es un animal de poca velocidad en la persecución de su presa porque se cansa pronto, sin embargo tienen una técnica de caza sumamente efectiva, utiliza el acecho, permaneciendo inmóvil y escondido, hasta que la presa se coloca hasta la distancia perfecta para ser atrapada. Otra de sus tácticas es asustar y provocar una estampida en el rebaño y seguidamente busca la presa que se ha quedado sola, normalmente es atrapada la que se ha separado del grupo, así también un león puede rugir por varias razones: proclamar su territorio, para comunicarse con otros leones, para mostrar ira y porque esta hambriento. 



Con esta descripción tan natural podemos entender por qué razón el Apóstol Pedro nos dice que seamos sobrios y velemos, porque nuestro adversario el diablo, como león rugiente anda alrededor buscando a quien devorar, describe perfectamente la táctica de andar al acecho, observar con atención y cautela sin ser visto, preparándose para atacar y hacernos daño, aparentemente no pasa nada, pero está buscando la ocasión para lanzarse y darnos la caída. Algo que llama mucho la atención es que en lo natural, un león, casi siempre asusta y provoca una estampida, en lo espiritual es, algún problema, una contradicción, una división, algo que distrae nuestra atención o hace que nos apartemos, a partir de allí somos un blanco fácil para él.

Como cristianos vamos a tener que enfrentar este tipo de situaciones porque El Señor nos lo ha avisado, por esa razón debemos ser sobrios, estar atentos, ser cautelosos, no ser confiados y velar cuidando por nuestras vidas y por las de los que están cerca de nosotros. Podemos ser presas fáciles si nos quedamos solos, si nos apartamos de Dios, si tenemos queja o crítica en nuestro corazón, si centramos nuestra mirada sólo en lo que nos falta y no en lo que ya tenemos, somos un blanco perfecto cuando nos creemos sabios en nuestra propia opinión, cuando no escuchamos consejo, cuando anteponemos nuestras razones a la voluntad de Dios. Debemos tener cuidado!

Aunque vivimos en un mundo natural, debemos saber que estamos rodeados de un mundo espiritual en el que nuestro adversario no está contento con nuestro caminar y nuestro amor a Jesús, al contrario, anda como león rugiente, porque quiere marcar su territorio, quiere que seamos suyos, pero no puede, somos de Cristo. Tiene ira porque no puede contra nosotros ya que es más poderoso El que está en nosotros, quiere vernos vencidos, derrotados, abrumados, angustiados y muertos de pánico ante la adversidad, pero por el contrario mira gozo, paz, paciencia, frutos del Espíritu Santo en nosotros y por esa razón quiere vernos caer.

La labor nuestra es permanecer, firmes, constantes, valientes, cimentados en la roca que es Cristo. Tienes problemas? no te apartes del Señor porque puedes ser presa fácil del enemigo. Estás enfermo? No desistas, lucha, cree, confiesa sanidad y espera en El Señor con paciencia y con gozo. Estas viviendo tiempos difíciles? Sigue adelante, no te apartes del camino, no te quedes solo, enfrenta la vida con valentía y en el poder de Dios que te da nuevas fuerzas y te llena de esperanza. Contra estas armas no puede nuestro adversario, le quitamos fuerza, le ganamos terreno, no somos presas fáciles para El.

Resiste firme en la fe, aférrate a Jesús, cree en Sus promesas, no te quedes solo, El está a tu lado y tu advesario no podrá hacerle frente...
Tienes al Leon de Judá, no temas al león rugiente!!


MAS DE TI EN MI FE



MÁS DE TI EN MI FE

Todos tenemos fe, o más bien dicho todos creemos que tenemos fe, hasta que realmente nos vemos en una situación en la que ésta es probada y nos damos cuenta lo grande o lo pequeña que puede ser nuestra fe.



"La fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve", como dice el libro de Hebreos, y así debería ser nuestro caminar siempre, creyendo y esperando con certeza y plenamente convencidos que recibiremos algo que no vemos, para esto necesitamos más del Señor en nosotros y si no lo tenemos, pedirle a El que aumente nuestra fe.



Algunas veces actuamos de manera diferente a lo que es la fe, por ejemplo, si alguien nos dice que le ha dado resultado tal y cual producto para limpiar, para el cabello, para la cocina, aún si la publicidad nos dice que algo es efectivo, rápidamente lo damos por hecho, como algo cierto y no solamente eso, lo adquirimos y vemos la forma de tenerlo porque estamos plenamente seguros que así será.



En otras ocasiones el médico, la enfermera, un amigo, un familiar nos habla de una pastilla efectiva para aliviar algún dolor o padecimiento, otra vez rápidamente, buscamos la forma de tenerlo y adquirimos el medicamento, casi seguros que eso nos aliviará. Otras veces puede ser que nos recomiendan un lugar especial, un sitio agradable, un buen libro, alguna música y creemos en las palabras de esas personas que lo han dicho, aceptamos como cierta su recomendación y no dudamos en ir a esos lugares, comprar o buscar esos libros o escuchar esa música. Todo esto por una razón, confiamos en la fuente de dónde viene la recomendación.



La palabra de Dios está llena de versículos de promesas, de verdades inmutables, de hechos reales que ocurrieron en otro tiempo para darnos ejemplo, para darnos esperanza, para alentarnos para hacernos reaccionar y demostrarnos que tenemos un Dios vivo que está tan al pendiente de nosotros, pero en esta ocasión tristemente no confiamos de la misma manera, dudamos, lo pensamos y muchas veces hasta creemos que eso podría ser para otros, pero no para nosotros.



¿Deberíamos preguntarnos por qué confiamos tanto en otras cosas y en El Señor no? La escritura dice en el libro de Hebreos 11:6 "sin fe es imposible agradar Dios", las dudas en el corazón entristecen el corazón de nuestro Señor, porque nos ve tan fáciles de convencer por tantas cosas alrededor y tan difíciles de confiar y tener fe en Él. No podemos decir que creemos en Dios y vivir como si no existiera, la duda, la incredulidad, el temor y la falta de fe no son agradables al Señor.



Tarde o temprano nuestra fe va a ser probada por el fuego y debemos estar preparados, no podemos querer tener fe de un momento a otro si pasamos todo el tiempo desconfiando de lo que Dios puede hacer, la fe es un fruto que crece en nosotros, que nace de nuestra relación cercana con El Señor, del tiempo que pasamos con Él y lo mucho que hay de Su palabra en nosotros.



La palabra nos habla de la fe y hoy vamos a ver 3 cosas que podemos comenzar a hacer hoy para que este fruto se manifieste en nosotros no solo cuando tenemos pruebas y dificultades sino todo tiempo.



1. ACERCARNOS AL SEÑOR: La duda, la desconfianza y la falta de fe se manifiestan cuando un corazón no conoce a su Dios. Es normal que no confiemos en alguien que no conocemos, si una persona se acerca a nosotros y nos dice algo, aunque sea verdad, es posible que no le creamos, porque desconocemos quién es esa persona. Sin embargo si alguien que es de toda nuestra confianza nos dice algo, no dudamos, rápidamente damos por cierto aquellos que nos ha dicho. La fe no aumenta solo diciendo que somos cristianos, la fe aumenta cuando pasamos tiempo con El Señor, leemos su palabra y permanecemos en Su presencia la mayor parte del tiempo, no quiere decir que dejemos de trabajar y hacer las cosas, estar en Su presencia es tener ese conocimiento que El está a nuestro lado siempre en todo momento y en todo lugar.

La escritura dice en el libro de los Salmos 145:18 "Cercano está Jehová a todos los que le invocan, A todos los que le invocan de veras." El Señor siempre está dispuesto a estar cerca de nosotros, El es un Dios cercano, a todos los que de verdad y con sincero corazón le buscan. Si leemos su palabra nuestra fe aumenta, porque se afirma en nuestro corazón, porque a través de ella Dios nos habla y nos hace ver cómo su fidelidad ha permanecido con Su pueblo en todo tiempo y nunca les ha abandonado. Anhelamos más del Señor en nuestra fe? Acerquémonos y pasemos tiempo con Él.



2. CAMINAR CON DIOS: Sabemos que la escritura dice que sin fe es imposible agradar a Dios, pero debemos ver que esta escritura no está escrita de manera individual, en el versículo anterior dice "Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte y no fue hallado porque lo traspuso Dios. Porque sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay y que es galardonador de los que le buscan." En esta escritura está hablando de la vida de Enoc, el aparece en pocas ocasiones en la Biblia, creció y vivió en un ambiente lleno de maldad, pero la escritura dice en Génesis 5 que Enoc caminó con Dios, de ningún otro antes se habla que haya caminado con Dios, solamente con Enoc y por su fe en Dios, fue premiado ya que no murió sino que desapareció porque Dios se lo llevó.

La vida de Enoc nos enseña que un hombre que camina con Dios tiene fe, vive por fe, cree en El y no duda. El tener fe no solamente es creer en Dios, es creerle a Dios, ser obediente, caminar con Él de cerca, sin apartar la mirada, sin titubear y sin mirar atrás. Nuestra fe aumenta cuando caminamos con Dios, caminar con Él es hacer vida su palabra en nosotros en todo lugar, en todo tiempo, ante cualquier situación, caminar con Dios nos hace hombres y mujeres de fe. Anhelamos más de Dios en nuestra fe? Caminemos con El Señor hagamos viva su palabra en nosotros.


3. DAR GRACIAS A DIOS: Dar gracias generalmente lo hacemos para agradecer un favor recibido, cuando recibimos algún regalo o un bien material, damos gracias porque vemos con nuestros ojos, y podemos tocarlo con nuestras manos, pero dar gracias antes de recibir y ver eso que hemos pedido es actuar con fe. En el libro de Romanos 4:20-21 está hablando del padre de la fe, Abraham y dice “Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido”. Aquí dice que Abraham se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, dando gracias, convencido que El Señor era poderoso para hacer lo que le había prometido. La fe se fortalece cuando damos las gracias sin haber recibido aquello que hemos pedido, cuando oramos con acción de gracias estamos orando con un corazón lleno de fe, porque está seguro que cualquiera que sea la respuesta del Señor será bueno para él, porque Dios no se equivoca. Podemos fortalecer nuestra fe cuando damos gracias, es una certeza inexplicable la que viene al corazón cuando decimos, gracias y damos gloria a Dios por lo que va a hacer, sin haberlo visto nuestros ojos.

Así que si queremos y anhelamos más del Señor en nuestra fe, debemos acercarnos a Él, pasar tiempo con El Señor, leer su palabra para que nadie nos engañe o nos haga dudar de Su poder, debemos caminar con El como lo hizo Enoc, poniendo por obra Su palabra y dando gloria a Dios y dándole gracias porque es así como se fortalece nuestra fe.






MI TORRE FUERTE!


"Torre fuerte es el nombre de Jehová;

A él correrá el justo, y será levantado."
Proverbios 18:10

En la antigüedad se construían grandes torres hechas de piedra, las torres de castillos y murallas eran fortificaciones que servían para defender, vigilar y alertar al pueblo que vivía en el interior,  dentro de sus muros, era un espacio de seguridad que resultaba difícil de asaltar. Otra de sus funciones era ofensiva porque estaba hecha para controlar al enemigo de lejos y para atacar.  Cada puerta que tenía una entrada importante al interior de un pueblo tenía una torre sobre ella, para vigilar y alertar del peligro, para atacar al enemigo al aproximarse y para defender la ciudad cuando el enemigo estuviera cerca o quisiera entrar. En estos tiempos antiguos cuando un enemigo atacaba una ciudad sus habitantes luchaban a toda costa por correr hasta la torre donde podían resguardarse de cualquier peligro y mantenerse con vida. 

La escritura en el libro de Proverbios dice que TORRE FUERTE ES el nombre de Jehová, cuando Salomón escribió esta palabra tenía la  imagen de Dios como la de una torre fuerte, una torre alta, vigilante de los enemigos y preparada para defender a quienes estén cerca. Nuestro Dios es torre fuerte, escudo, protección, defensa de cualquiera que sea nuestro enemigo y a esa TORRE FUERTE correrá el justo y será levantado, todo aquel que corría hacia la torre podía resguardarse del enemigo, venían corriendo buscando refugio y eran librados de la muerte.

Es Jesucristo tu torre fuerte?? Corres a El rápidamente en cuanto ves peligro, problemas, tribulaciones, enfermedad, adversidad y vienes directamente a buscar tu protección, cuidado y refugio??? Si Dios es nuestra torre fuerte debería ser El a quien primero corramos en oración, para buscar dirección si tenemos que decidir algo, debería ser a Él donde corremos a buscar la solución, el pronto auxilio, la ayuda inmediata en contra de nuestros enemigos.

En pleno siglo veinte Dios sigue siendo esa torre fuerte, segura, en alto, que se levanta y mantiene firme en medio de su pueblo para brindarnos protección, para defendernos de nuestros enemigos, para librar nuestras vidas, para ser protegidos y ser levantados. ¿A quien corres cuando tienes situaciones negativas? ¿A quien corres cuando necesitas desahogar tu corazón y descargar todas tus preocupaciones, sueños, anhelos, ilusiones o deseos?? Quién es tu torre fuerte??

Dios es esa torre fuerte donde podemos correr y encontrar siempre un espacio para nosotros, un lugar para tranquilizarnos de nuestros temores y miedos, un lugar donde podemos resguardarnos de la tormenta, recuerda que en esa torre SIEMPRE habrá lugar para ti. 

¿Tienes tropiezos? Corre al Señor! ¿Tienes problemas, dificultades económicas, adversidades o situaciones complicadas? Corre a Jesús! Tienes sueños, anhelos, ilusiones, deseos en lo profundo de tu corazón? No esperes, no busques otras fuentes de ayuda, protección, defensa o consuelo, El es tu torre fuerte, corre al Señor, El te protegerá, le guardará, te librará, defenderá y levantará!


Torre fuerte es tu nombre Señor!