jueves, 9 de agosto de 2018

HAZ TU OBRA EN MI!

Dios empezó la buena obra en ustedes, y estoy seguro de que la irá perfeccionando hasta el día en que Jesucristo vuelva.
Filipenses 1:6

El tiempo de reformas en una casa, es un tiempo para tener paciencia, pintar, arreglar, ordenar, levantar polvo y tierra, limpiar el suelo una y otra vez, sacar basura y muchas cosas más, hacer una reforma es un proceso poco cómodo, pero muy necesario, ya que todos deseamos vivir en una casa limpia y arreglada, pero a pocos nos gusta entrar en el proceso del trabajo que eso conlleva. Ninguna obra a medias es una obra preciosa y perfecta, pero aquel que tiene la visión de cómo quedarán las cosas, trabaja incansable y sin dudar porque sabe a dónde va y lo que va a conseguir. 


Así mismo es el proceso de nuestro crecimiento espiritual y los procesos en los que Dios permite que entremos para poder mejorar cosas en nosotros, transformando lo que está mal en algo bello y hermoso y cambiando aquello que está bien en algo mucho mejor. El Señor ha comenzado la obra en nosotros y no descansará hasta perfeccionarla, no dejará de trabajar en nosotros hasta ver terminada Su obra y vernos transformados por Su poder, el ya sabe cómo seremos y por esa razón sigue trabajando en ti y en mi incansablemente. 

Los procesos de las mejoras son a veces lentos, otras veces incomodan y cambian nuestro entorno y forma de vida, los procesos de reformar algo para que quede mejor son tiempos de mucho trabajo, esfuerzo, esmero y dedicación, pero valen la pena. 

Estás pasando por un proceso en el que no entiendes por qué suceden cosas a tu alrededor, hay cambios, hay incomodidad, todo parece estar fuera de su lugar y no hay explicación para muchas cosas? Deja al Señor trabajar en ti, deja que haga SU obra transformadora en tu corazón, permite que Jesús moldee, arregle, limpie, perfeccione y saque todo aquello que sea necesario para que puedas ser transformado por Él y seas cada día un mejor instrumento en sus manos.

Los cambios, los arreglos, las incomodidades y aún las adversidades son instrumentos de Dios para hacerte saber que El está trabajando en ti, eres Su obra, Su especial tesoro, Dios no te ha abandonado, al contrario sigue trabajando y no descansará hasta te conviertas en el hombre o la mujer que anhela Su corazón ver en ti.

Hoy te digo con todo el corazón Señor, haz tu obra en mi!