viernes, 15 de diciembre de 2017

PREPARANDO NUESTRO CORAZON



" Y Ester dijo que respondiesen a Mardoqueo:
Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca. Entonces Mardoqueo fue, e hizo conforme a todo lo que le mandó Ester."
Ester 4:15-17


El ayuno que Ester propone a su tío Mardoqueo y que ella juntamente con sus doncellas haría para poder presentarse ante el rey fuera de lo que la ley establecía, nos muestra una mujer valiente que decidió tomar su lugar en la historia y la responsabilidad que tenía en sus manos para salvar a su pueblo. Vemos en Ester una mujer que no solo manda a su pueblo a ayunar, sino que ella también se involucra, en ese momento ella era la reina y con toda humildad doblega su corazón y su espíritu haciendo tres días y tres noches de ayuno.

Por qué ayunar? por qué es tan importante el ayuno para el pueblo de Dios??

El ayuno es importante porque nos permite parar un momento en nuestro diario vivir, salir de la rutina diaria, poner un alto al día a día para dejar lo material y natural y enfocarnos con más precisión en nuestra área espiritual. Con el ayuno volvemos al diseño que Dios un día estableció en nosotros, que era que nuestro espíritu estuviera por encima de nuestro cuerpo y por encima de nuestra alma. Cuando nos negamos a nosotros mismos, a nuestros deseos y renunciamos a algo que por voluntad deseamos hacerlo, nuestro espíritu se vivifica, se fortalece y podemos ver las cosas un poco más desde la perspectiva de Dios y no desde el punto de vista de nuestra carne.

Ester nos da ejemplo como mujeres, de ponernos en la brecha en oración, de ser valientes, clamar y buscar a Dios para que intervenga poderosamente en nuestras vidas, en nuestras familias, en nuestros lugares de trabajo, en nuestra nación. En este capitulo Ester nos da ejemplo de humildad y obediencia a Dios, ya que cuando ayunamos no podemos permanecer altivos, nuestro interior se doblega, se quebranta y da paso a la voluntad de Dios sobre todas las cosas. 


El ayuno quita la indolencia de nosotros, no podemos permitir que el enemigo tome ventaja en nuestros corazones, en nuestros matrimonios, iglesias, ministerios, en nuestros lugares de trabajo, ya que al ayunar tomamos nuestro lugar al frente de batalla poniendo delante del Señor todas esas cargas que como madres, esposas, amigas, compañeras, siervas y como mujeres llevamos en nuestro interior, doblegamos nuestro espíritu y reconocemos que Dios es quien tiene el poder para vencer y que en Sus preciosas manos estamos.


El ayuno debe llevarnos a reflexionar:

1. Cómo está mi vida espiritual?


2. Tengo mi corazón limpio y he perdonado?

3. He apartado mi vida, alma, mente y corazón para Dios?

4. Cuál es el lugar de Dios en mi corazón?

5. Creo que Dios puede hacer cambios y transformar cosas imposibles?

Anímate a presentarte delante del Señor estos próximos día para escudriñar tu corazón, clamar por tu familia y recibir visión, sabiduría y entendimiento para caminar conforme a la voluntad de Dios en todas las áreas de tu vida.

Señor gracias por enseñarnos a caminar como a ti te agrada. Queremos que nos uses como a Ester, para ponernos en la brecha, para ser valientes, para humillar nuestros corazones y clamar por nosotros y por quienes amamos, quita la indolencia y la fata de fe de nuestro corazón. Sabemos que estás con nosotros y nos fortalecerás para ayunar y buscar tu presencia. Amén!