jueves, 6 de octubre de 2016

EL TIEMPO DE DIOS NO ES EL NUESTRO


“Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría. El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos.” 
Daniel 2:20

"En una oportunidad un hombre iba en su automóvil FORD T. Esto, cuando comenzaron a salir los primeros automóviles de combustión interna. Su automóvil se paró, dejó de funcionar y cansado de darle "manija" al auto para hacer arrancar al motor, no hubo manera de echarlo a andar. Levantó el capó y no halló nada anormal. Casi exhausto y desmayado iba a continuar su viaje caminando, cuando se aparece otro vehículo. El chófer bajó de su auto y le preguntó que qué le pasaba. -- "Que mi auto no quiere arrancar"... le contestó. El hombre se cercó al auto roto, levantó el capó, y después de unos minutos mirando y analizando, le hizo unos ajustes a unos cables, y dijo al dueño del auto roto: "Arranque ahora su auto" . Cuando el le dio el primer "manijazo" al auto, este salió andando como de fábrica.
-- ¿Quién es usted? - - Le preguntó extrañado y sorprendido el dueño del auto roto.
-- Yo soy Henry Ford, el creador de ese auto."


Esta breve anécdota nos puede hacer pensar que cuando alguien es el creador de algo, lo conoce, lo examina, sabe perfectamente como van encajadas todas las piezas, conoce sus fortalezas y debilidades, sabe exactamente cómo funciona.  Asimismo Dios es nuestro creador y el creador de nuestro tiempo, El con tan sólo una palabra puede cambiar nuestros tiempos, El ha creado nuestra vida y nos ha diseñado a su imagen y semejanza, El sabe lo que va antes y después para bien de nosotros. Sencillamente sus tiempos no son los nuestros.

Así como esta historia muestra un hombre natural que conoce perfectamente la maquinaria de un auto, así Dios nos conoce perfectamente y sabe lo que permite para nuestro bien y en el tiempo perfecto en el que las cosas deben suceder ni antes, ni después.


El tiempo de Dios no es mi tiempo, El es quien tiene el poder para quitar, para poner, para cambiar los tiempos, ya que son suyos y lo que para nosotros, en nuestro pequeño entendimiento es un tiempo imposible de vivir o pensamos que será interminable, Dios lo puede mudar o cambiar en un momento, porque el Tiempo le pertenece a Él. 

Has vivido alguna vez una situación en la que desoladamente has visto como las cosas no resulta como querías y sufres porque la respuesta de Dios fue diferente a la tuya? 

Muchas veces en mi vida he visto que sólo era cuestión de tiempo, yo lo quería pronto y Dios no respondía cuando yo esperaba, El respondió cuando fue el tiempo correcto y perfecto, ni antes ni después, era el momento justo. Durante toda nuestra vida vamos a vivir situaciones en las que nos preguntaremos por qué no puede ser ahora? Pero si somos sabios y esperamos en El Señor, descubriremos que será cuando El Señor lo permita porque es lo mejor y si nunca llega a ser, un día nos daremos cuenta de lo que Dios nos ha librado a través del tiempo. 

Así que es mejor decir como dice el Salmo 1:15 “En tu mano están mis TIEMPOS; líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.” Reconozcamos que en Sus manos están nuestros tiempos y que allí están en el mejor lugar.

Mis tiempos son tuyos Señor, te pido que me ayudes a esperar en Ti, a tener paciencia, a no querer las cosas cuando yo quiero sino cuando sea tu voluntad, porque todo lo has hecho hermoso en tu tiempo, anhelo vivir en tu voluntad y caminar bajo tu cobertura, tu me has diseñado, tu has hecho mi vida y conoces mis tiempos, a ti los entrego Señor, pon y quita, cambia y mueve como tu quieras, yo confío en ti eternamente y para siempre! Amén!