martes, 19 de marzo de 2019

AMARTE SOLO A TI!

 en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.
Porque habrá hombres amadores de sí mismos
2 Timoteo 3:1

Hay una frase que dice: " algunas personas no han entendido que la tierra gira al rededor del sol y no de ellas", de este tipo de personas es de quien habla 2 de Timoteo 3 cuando se refiera a "amadores de si mismos".

Debemos amarnos a nosotros mismos, es un mandato del Señor amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, lo que incluye una medida de amor personal que todos debemos tener, pero el excederse es amarse a si mismo  más que nada, más que a nadie, más que a Dios.

Vivimos tiempos peligrosos en los que toda la publicidad y los medios de comunicación van encaminados hacia la exaltación del "YO", dirigiéndonos hacia el mismo punto, yo soy quien decide, yo soy quien más importa y mis decisiones pueden pasar por encima de las de todos, no importa si con esto afecte personas inocentes (el aborto, por ejemplo), yo tengo derechos, yo tengo que hacer valer mi voz, estas cosas son características de personas "amadoras de si mismas".

La palabra de Dios nos habla que vivimos tiempos peligrosos, porque el amarse a si mismo de forma egoísta y egocentrista, es peligroso, porque a través de esa actitud se distorsiona completamente lo que la palabra de Dios nos enseña, ya que el amor real, es el que todo lo sufre, todo lo espera, todo lo soporta, el amor que nunca deja de ser no es un amor egoísta, es un amor que se entrega y hace la voluntad de Dios sobre todas las cosas.

Los amadores de si mismos tienen como bandera principal el orgullo, el protagonismo, la alabanza personal, el reconocimiento y el ser el primero en todo.

Cómo es nuestra actitud? Debemos tener mucho cuidado en sacar de nosotros el ser "amadores de nosotros mismos" creyendo que somos los mejores, hablando siempre de lo bueno que hacemos y que no hay nadie que haga mejor las cosas que nosotros. Todos somos importantes, todos valemos mucho, todos podemos brillar sin querer apagar la luz de otros.

Revisemos profundamente nuestro corazón y pensemos los motivos por los que hacemos cada cosa,  no entremos en competencias, porque todo lo que somos, hacemos y tenemos nos lo ha dado El Señor y sin El no seriamos nada. 

Señor no quiero ser amador de mi mismo, no quiero que nada ocupe TU lugar en mi vida, dame un corazón humilde, una actitud sin egoísmo, sin arrogancia, sin alabanza personal, todo lo que soy y lo que tengo tu me lo has dado Señor, mis habilidades, mis talentos, mis capacidades, mi fuerza y todo lo que soy proviene de ti. Qué sería de mi sin ti Señor? Si todo lo que tengo me lo has dado tu.  Dame la actitud correcta, quita el egoísmo y el egocentrismo de mi, para que sólo tu puedas brillar, no quiero ser amador de mi mismo, quiero amarte solo a TI! Amén!