lunes, 17 de septiembre de 2018

TESORO QUE NO SE AGOTA



Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye.
Lucas 12:33

Un abogado experto en la materia afirma la siguiente frase "Nada rompe más las familias que las herencias". Y es una frase con mucha verdad, porque los bienes materiales pueden llegar a convertirse en grandes temas de división entre hermanos, padre e hijos, familiares y todo con el único fin de querer poseer aquello que ninguno podrá llevarse el día que muera.  

La escritura en el libro de Lucas dice que vendamos lo que poseemos, cuando poseemos algo es más que un bien material, ya que poseer alguna cosa es contar con eso como algo propio, de nuestra pertenencia y en lo que podemos respaldarnos o apoyarnos, todos podemos tener algún bien material, pero siempre quitando nuestro corazón de ello, sin tenerlo como algo que poseemos, que es nuestro y nadie no lo puede quitar, porque todo por más grande, valioso, importante o costoso algún día se agotará, un ladrón podría robarlo o la polilla y el paso del tiempo destruirlo.

Es por ello que el consejo que Jesús le da a sus discípulos es que no tengan nada en posesión, para que no  tengan su corazón puesto en ello,  ya que esto puede agotarse, robarlo o destruirse, el consejo de Jesús es que hagamos bolsas que no envejezcan y tesoro en los cielos que no se agoten.

Las bolsas en la antigüedad eran los que usaban los comerciantes para llevar sus pesas, para guardar el dinero o sus instrumentos, cuando una bolsa envejece debe cambiarse por otra de lo contrario perdemos aquello que guardamos dentro. Las bolsas que no envejecen para nosotros hoy en día son esas cosas que hacemos sin recibir nada a cambio, cosas que podemos hacer no importa la edad, las buenas acciones no cambian seamos jóvenes o viejos, un buen corazón lleno de bondad, amor, perdón y justicia no envejece nunca, una amistad sincera y llena de misericordia y verdad no envejecerá, sino que se fortalecerá con el paso de los años, un trabajo hecho con amor no se gastará, ni se hará viejo, porque bendecirá y engrandecerá a otros. 

También Jesús quiere que hagamos tesoro en los cielos que no se agote, un tesoro según la biblia es una cosa guardada, algo de gran valor en el que se van haciendo  depósitos para hacerlo crecer. Cada día podemos hacer crecer nuestro tesoro en los cielos, si vivimos una vida sin egoísmo, si pensamos en el bien de otros, si buscamos la bendición para los demás, si practicamos la obediencia, la misericordia, el amor, la verdad y la justicia con los que nos rodean, ingresaremos diariamente un depósito en nuestra cuenta celestial, donde no hay nada que lo robe o destruya.

Cada día podemos invertir en nuestro tesoro de los cielos, cada día podemos hacerlo crecer, si pedimos al Señor desde muy temprano que nos dirija para ser de bendición donde quiera que vayamos, una llamada, un mensaje, un detalle, un favor, una alegría, un servicio que demos a otros se convertirán en pequeños depósitos diarios en nuestro tesoro del cielo. Hagamos todo lo bueno que no envejece ni se destruye, invirtamos en todo aquello que no se agotará nunca, quitemos nuestro corazón de todo lo material, porque sin duda nada de esto llevaremos al partir de esta tierra.

¿Cómo está tu tesoro del cielo?