sábado, 5 de agosto de 2017

SERÁ COMO TU QUIERAS



"Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú."
Marcos 14:36

No hay sentimiento más difícil de manejar que sentirse impotente ante ciertas situaciones que nos pueden ocurrir en la vida. En un momento todo está bien y en un momento cambian las cosas y no podemos hacer nada para solucionarlas, nos sentimos totalmente impotentes, las cosas se salen fuera de nuestro control, no está en nuestras manos arreglarlo y viene un sentimiento de frustración, desilusión y hasta tristeza por no poder hacer nada por nosotros mismos.

¿Cuántas veces te has sentido así? Todos en algún momento pasamos por estas situaciones que nos enfrentan ante gigantes o muros fuertes imposibles de traspasar o del saltar.  Quizás la misma actitud en una persona que pensamos ya había cambiado, tal vez un imprevisto cambio de planes, una enfermedad que ya habíamos superado y regresa, la ruptura de una relación fuerte y estable, el fallecimiento de alguien muy amado, la pérdida de un empleo o de una de una gran oportunidad. Todas estas situaciones nos llevan a sentirnos impotentes y nos faltan las fuerzas. 


Jesús pasó por un momento así cuando estuvo en el Getsemaní, enfrentando la situación en la que el tiempo se había cumplido y debía ser apresado y padecer por cada uno de nosotros.  En esos momentos el era cien por ciento Dios, pero también era cien por ciento hombre, era una situación en la que solamente Su confianza en el Padre podía sostenerle.

Jesús tomo una actitud de la cual podemos aprender cuando nos sintamos impotentes: La primera es que oro al Padre, no hay mayor refugio, descanso y paz que buscar al Señor en los tiempos de aflicción donde vemos que no podemos hacer nada.  La segunda cosa que hizo fue alabar al Señor y reconocer Su poder diciéndole Abba Padre, todas las cosas son posibles para Ti, Jesús estaba recordándose a sí mismo el poder que Su padre tenía y que nada era imposible para El hacer. Y la tercera cosa entregó Su voluntad diciendo que se haga no lo que yo quiero sino lo que tu.

Te encuentras hoy ante situaciones imposibles y sientes tanta impotencia para poder solucionarlas? Toma el ejemplo de Jesús, habla con El Padre, solo El Señor puede entenderte y cambiar las cosas que tu no puedes cambiar. Alabalo  y reconoce Su grandeza, que tu corazón se llene de fe sin dejar lugar para la duda y la incredulidad y sobre todo entrega ese problema al Señor dejando todo en Sus manos para que se haga Su voluntad y no la tuya, notarás la diferencia y huirá de ti la impotencia.

¿No lo puedes cambiar, no lo puedes solucionar, no puedes hacer nada? Entrégalo al Señor, El si sabe qué hacer...

Señor clamamos a ti, tu eres nuestro Padre, para ti todas las cosas son posibles, nada existe que sea difícil para ti, bendigo tu nombre por esta situación que estoy viviendo, la entrego a ti y te pido que no se haga lo que yo quiero sino lo que tu quieras hacer, tu voluntad es perfecta y yo descanso esta imposibilidad en ti, Tu tienes la respuesta y en ti confía mi corazón. Amén!