lunes, 15 de marzo de 2021

SEÑOR HAZME ENTENDER




 "Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos." Salmo 32:8

Cada etapa de la vida que vivimos, cada circunstancia  que enfrentamos, cada situación por la que Dios nos permite pasar, indudablemente tiene un propósito; cuando tomamos la decisión de entregar nuestra vida al Señor,  esto incluye los días buenos y también los días intensos y llenos de preocupaciones, incluye los días de sol y los días de tormenta, los tiempos donde todo es paz y tranquilidad y los tiempos de angustia y dolor,  pero con la seguridad que en todo tiempo  Sus ojos siempre están puestos sobre nosotros.

La escritura dice en el Salmo 32:8 TE HARÉ ENTENDER Y TE ENSEÑARÉ, El Señor siempre quiere enseñarnos el camino que debemos andar y solamente a través de la escuela de la vida, puede mostrarnos, enseñarnos y hacernos entender sus planes y propositos para nuestra vida. 

Cuando estamos pasando por tiempos difíciles, generalmente no nos preguntamos  ¿Qué quiere Dios hacerme entender a través de lo que estoy viviendo? Y también cuando vivimos días de victoria podríamos preguntar ¿Qué quiere El Señor hacernos entender a través de estos días de alegría y tranquilidad?  

Debemos saber que detrás de cada desierto y de cada tiempo de paz, El Señor quiere hacernos entender algo y lo más importante,  asegurarnos que lo estemos aprendiendo. La vida en El Señor es un constante proceso de enseñanza-aprendizaje, Él nos enseña y nosotros aprendemos, el nos hace entender y nosotros vamos entendiendo un poco más cada día el porqué de las cosas. 

Asi que no vivamos la vida solo por vivirla, sino aprendamos de cada situación agadable o desagradable porque todo forma parte de nuestra vida para llegar a la estatura que Dios quiere que lleguemos y logremos alcanzar la meta, que es una vida eterna juntamente con El. 

¿Qué proceso estás viviendo? ¿Por qué valles o montañas estás caminando hoy? No importa el tiempo, el lugar o la situación, solo déjate enseñar por El Señor, deja que Él te haga entender; ya que un corazón humilde, manso, dócil y fácil de enseñar, será un corazón doblemente bendecido.