lunes, 27 de febrero de 2017

MÁS NO ANGUSTIADOS


"que estamos atribulados en todo, mas no angustiados"
2 Corintios 4:8

No es lo mismo una tribulación que una angustia.
Las tribulaciones son tiempos de preocupación, sufrimiento, penas, tristezas, aflicción, desconsuelo, dolor, pesar o desilusiones que podemos vivir en nuestro día a día, las tribulaciones son también esas situaciones adversas, contrarias, sinsabores o disgustos que surgen inesperadamente y a veces de forma frecuente.

La angustia es diferente, porque la angustia es un estado que afecta nuestra mente, es un estado continuo de tensión que se acumula en nuestro corazón y no se descarga. La angustia puede manifestarse también en reacciones físicas como temblores, taquicardia, falta de aire, ansiedad y desasosiego. La angustia generalmente se desarrolla en nuestra mente y forma una intranquilidad completa en todo lo que somos y hacemos, nos paraliza, nos hace ver la vida de forma diferente, ejerce un poder muy grande sobre nuestros pensamientos, al punto que podemos pensar que lo que pensamos es algo real y quizás solo sea una suposición.

La escritura en el libro de 2 Corintios dice que estamos atribulados en todo, y es verdad, no podemos evitar estar atribulados, porque estamos y somos parte de este mundo, la tribulación es parte de la vida, los sufrimientos por diversas causas, por enfermedad, por deudas, por relaciones familiares rotas y por muchos otros motivos nos causan dolor y pesar.  Estamos atribulados en todo, porque Dios ha dicho que muchas son las aflicciones del justo, con la promesa que de todas ellas le librará Jehová. Estamos atribulados en todo porque en este mundo estamos únicamente de paso, porque está no será nuestra morada eterna y es necesario que pasemos por todas esas aflicciones a fin de ser perfeccionados a la estatura de Cristo.

Pero el estar atribulado no es estar angustiado, ya que la angustia no puede apoderarse de un corazón confiado en Dios nuestro Salvador, tenemos un Dios todopoderoso, nuestro Padre, quien nos ha amado primero, quien ha hecho todo por nosotros, esa confianza libra nuestra alma de la angustia. La angustia no tiene cabida en una mente donde Cristo Jesús es la cabeza, donde reina el Espíritu Santo, donde existe la fe y esperanza en Dios.

Por eso la escritura de hoy dice que estamos atribulados en todo, SI, más nunca angustiados, nunca fuera de nuestro lugar, nunca con sentimiento de derrota, desolación, frustración y abandono. Atribulados en todo, más no angustiados, porque nuestra mente tiene la mente de Cristo, porque todo lo podemos en Cristo que nos fortalece y porque ninguno de los que confiaron en El fueron avergonzados.

En este mundo tendremos aflicción, pero confiemos El ha vencido al mundo y esa certeza en nuestra mente alma y corazón  llena nuestro ser  de esperanza y paz y desecha toda angustia de nuestra vida.


Padre gracias por la paz que hoy pones en mi corazón, desecho la angustia de mi mente, de mi alma, de todo mi ser, no quiero vivir angustiado, afanado, frustrado y desolado porque yo confío en ti, espero en Ti, en tus promesas, en tu fidelidad y en tu amor que es más grande que nada en este mundo y fuera de él. Se que debo pasar por tiempos de tribulación y quizás me sienta atribulado en todo, pero nunca angustiado, porque tu estás conmigo, porque tu me defiendes, me cuidas, me sostienes y tu tienes la solución para las cosas más grandes y las más pequeñas, eres mi Padre, mi Dios y yo confío en ti!!