viernes, 8 de mayo de 2015

APLICANDO EL PRINCIPIO DE UNIDAD Y UNION: La Adversidad.


VIVIENDO POR PRINCIPIOS
APLICANDO EL PRINCIPIO DE UNIDAD Y UNION: La Adversidad.

Hoy continuamos hablando acerca de vivir una vida basada en los principios que nos enseña la palabra de Dios, el principio que hoy veremos es el de Unidad y Unión aplicado a La Adversidad.

Para recordar, el principio de Unidad y Unión se basa en que la naturaleza de Dios es indivisible, Dios es tres personas en una y viven en una unidad perfecta. El principio de unidad y unión permite que vivamos un equilibrio entre nuestro interior y lo que mostramos en nuestro exterior y al aplicar el principio a diversas áreas de nuestra vida podemos decir que debe haber una unidad entre lo que decimos que somos y lo que realmente somos y en la ADVERSIDAD se prueban muchas cosas ya que a través de la prueba mostramos lo que hay y Dios habla a nuestro corazón como dice el libro de Oseas 2:15 “Pero he aquí yo la atraeré y la llevaré al desierto y hablaré a su corazón”, es en los tiempos de adversidad, de sequedad, de desierto cuando  se prueba lo que realmente hay en nosotros.
El término adversidad proviene de la palabra en latín, adversĭtas, que es la cualidad de adverso y se refiere a algo o alguien que resulta contrario u opuesto, desfavorable o enemigo. La adversidad son todas aquellas situaciones difíciles de llevar, que no podemos solucionar de manera inmediata o que están fuera del alcance de nuestras manos. Creo que todos alguna vez hemos enfrentado la adversidad y no solamente tiene que ser un hecho trágico, algo muy grande que nos sobreviene en un momento; sino que durante nuestra vida y a lo largo de cada día se presentan adversidades grandes y pequeñas a las que debemos hacerles frente y que Dios las permite para mostrar nuestro interior y las cosas que debemos mejorar y cambiar.
En el libro de Eclesiastés 7:1 dice “En el día del bien goza del bien; y en el día de la ADVERSIDAD considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de él”, en esté verso de la palabra dice claramente que Dios hace el bien y también hace la adversidad porque detrás de las cosas adversas o contrarias Dios tiene un propósito para los que somos sus hijos. También Isaías 45:7 dice “yo Jehová que formo la luz y creo las tinieblas que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto.” Partiendo de estas escrituras podemos entender que Dios permite la adversidad para nuestra vida y lo importante es cómo responderemos cuando la prueba venga a nosotros, amamos al Señor y creemos en El, hablamos Su palabra y la compartimos;   debe haber unidad entre lo que creemos y lo que mostramos frente a las situaciones adversas que vienen a nosotros.
Hoy quiero compartir una historia que hace algunos años me compartieron y nos ayudará a ver la adversidad de manera diferente.
“Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles siempre y tan adversas. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida.
Su padre, era chef de profesión y la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres recipientes con agua y los colocó sobre fuego. Pronto el agua de cada uno estaba hirviendo. En uno colocó zanahorias, en el otro huevos y en el último preparó café. Los dejó hervir sin decir palabra.  La hija esperó impaciente, preguntándose qué estaría haciendo su padre??? A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Y Finalmente, coló el café. Mirando a su hija le dijo: “ ¿qué ves? Y la joven le respondió -”Zanahorias, huevos y café… Le pidió que se acercara y le dijo que tocara las  zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera, el huevo se había endurecido y por último  le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. Humildemente la hija preguntó: “¿Qué significa esto, papá?” Y su padre amorosamente le dijo: los tres elementos han  enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo. Pero han reaccionado en forma muy diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se ha vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se ha endurecido. El café sin embargo era único; después de estar en agua hirviendo, había cambiado el agua.  Y le dijo “¿Cual eres tú? Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón flexible? Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido, te has vuelto dura y rígida? ¿O eres como el café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.”

Creo que  merece la pena compartirla porque nos ejemplifica cómo la adversidad en su mayor expresión, cuando más fuertes y difíciles se ponen las cosas pueden cambiar nuestro interior para bien o para mal o  nosotros hacemos que esa adversidad muestre lo que hay en nosotros que es nuestra fe, vencemos y tenemos la victoria.

En la biblia Dios nos enseña muchas cosas acerca de la adversidad y hoy veremos algunas:

1.    LA ADVERSIDAD VIENE DE PARTE DE DIOS:   Si no hemos pecado y recibimos adversidad esta viene de parte de Dios El,  la ha creado tanto lo bueno como lo malo, pero muchas veces nos gusta recibir siempre lo bueno, las bendiciones, todo aquello que nos agrada, pero la adversidad no es agradable, nos duele, nos causa incomodidad pero también viene de parte de Dios para nuestra vida, usemos el principio de Unidad y unión entre lo que decimos que somos y lo que mostramos diciendo como dijo Job en  Job 2:10 “¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.” Es difícil recibir la adversidad pero el trato de Dios sobre nuestra vida nos forma, nos hace crecer. No recibamos solo lo bueno sino también aquello que es adverso.

2.    EN LA ADVERSIDAD DEBEMOS TENER GOZO: Otra forma de tener unidad entre lo que decimos que somos y lo que mostramos en la adversidad es teniendo GOZO y no un espíritu triste, Santiago 1:2 y 3 dice “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”, cuando vivimos en medio de la prueba el gozo de Dios es muy importante. Como he contado en ocasiones anteriores El Señor permitió un cáncer terminal en nuestro hijo pequeño desde los dos hasta los 4 años y fue un tiempo de adversidad muy fuerte, sin embargo Dios habló a mi corazón a través de la palabra “El gozo de Dios es mi fuerza” y me llevó a entender que la tristeza me mantenía débil y sin fuerzas, pero cuando pedía al Señor que me llenara de Su gozo entonces venía una fortaleza inexplicable a mi vida y así logramos terminar los días de nuestro hijo y vivir hasta hoy con gozo y sin amargura, esperando en la promesa que le volveremos a ver algún día cuando estemos en Gloria!

3.    LA ADVERSIDAD OBRA PARA BIEN: ROMANOS 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Hace tiempo un pastor amigo nuestro compartió algo muy sabio que siempre lo recuerdo, para los hijos de Dios no hay cosas malas, están las cosas buenas, las bendiciones, las cosas bellas y bonitas y LAS QUE OBRAN PARA BIEN, como dice esta escritura a los que “aman a Dios TODAS LAS COSAS les ayudan a bien” todas las cosas son las buenas, las adversas, las difíciles, las pruebas, todo obra para bien y esto nos lleva a vivir nuestra fe en tiempos de bendición y en tiempos de adversidad.


Como hemos hablado la unidad y la unión de nuestro ser interior con el exterior no puede separarse en los tiempos adversos, debe haber unidad en nuestro diario vivir porque esto agrada al Señor. No es sencillo pero podemos lograrlo y recibir de Dios tanto lo bueno como lo malo, teniendo gozo y sabiendo que todo obra para bien!