martes, 13 de febrero de 2018

ACTITUD: NO DESMAYARÉ



Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.

Hebreos 12:3

"La única diferencia entre un mal día y un buen día es nuestra actitud". Cada actitud del corazón cuenta y una de las actitudes más destructoras es desmayar, rendirse y abandonar. Cuando vienen dificultades a nuestra vida cuál es nuestra actitud? Seguimos adelante y tomamos nuevo aliento para continuar luchando o nos cansamos de luchar y desmayamos en el camino?

La escritura dice que consideremos al Señor y los sufrimientos que Él padeció para que nuestro ánimo no se canse hasta desmayar, y es que considerar al Señor, es reflexionar detenidamente sobre su vida, pensar en su caminar, la aflicción, los padecimientos, la injusticia a la que tuvo que enfrentarse, tantas contradicciones contra sí mismo, sin merecerlo, sin abrir su boca, sin tomar venganza y aceptando siempre la voluntad del Padre sobre todas las cosas.

Cuando nuestra referencia de vida es Jesús, nuestros problemas se reducen de tamaño, consideraremos que no es para tanto el sentirnos tan desanimados, tan desolados, cuando ponemos los ojos en Jesús la apatía y la falta de ánimo huyen de nuestra vida porque nuestros ojos se abren a la fe y a la esperanza. Todo lo que le aconteció a Jesús fue una contradicción a lo que el como hijo de Dios se merecía, recibió rechazo, humillaciones, malos tratos, insultos, se le juzgo injustamente a un hombre que había dado solo cosas buenas, sanado enfermos, llevado palabras de esperanza, era contradictorio que le trataran de esa manera cuando él no lo merecía.

Nuestra vida algunas veces puede parecer también contradictoria, todo va contra corriente, vamos de una situación difícil a otra, saltando obstáculos, venciendo barreras, sufriendo, humillándonos, padeciendo y nuestro ánimo en tanta adversidad y desierto puede cansarse, pero el ver a Jesús y recordar todo lo que sufrió y cuánto valió la pena, todo lo que llevo sobre sí mismo, la esperanza renacerá en nosotros y consideraremos que lo que en la actualidad estamos viviendo no es para cansarse y desmayar sino para animarse, sacudir el polvo y levantarnos una vez más.

Las actitudes del corazón hacen la diferencia entre confiar y perseverar o desmayar y abandonar. Pidamos al Señor una actitud como la de Cristo, firme y constante hasta el último día dando Su vida por todos nosotros, tenemos el mayor ejemplo, no desmayemos!!!


Señor quita todo desanimo de mi corazón, dame la actitud correcta ante las situaciones que me tocan vivir cada día, que no sea una persona derrotista, pesimista y que abandona todo, no quiero desmayar y rendirme fácilmente, dame un corazón con actitud luchadora, fuerte, valiente y sobre todo una actitud llena de confianza en ti que eres quien me sostiene y me levanta. Amén!