domingo, 28 de enero de 2018

MI REFUGIO ERES TU!


"Él es mi Dios amoroso, mi amparo, mi más alto escondite, mi libertador, mi escudo, en quien me refugio. 
Él es quien pone los pueblos a mis pies."
Salmo 144:2

Esconderse según el diccionario es buscar un sitio adecuado, apropiado y conveniente para ocultarse o encubrirse, es un refugio personal que busca una persona que no quiere ser encontrada y que no dice dónde está.

Cuántos de nosotros alguna vez en la vida hemos deseado escondernos, salir de todo y buscar un refugio donde podamos pensar, reposar, ocultarnos del peligro, escapar de los problemas, las cosas que nos preocupan o atormentan? Alguna vez quisiéramos tener ese lugar de reposo, un lugar de protección donde nadie nos encuentre y ser librados del mal. 

El rey David también necesitó refugiarse en una cueva, la cueva de Adulam que significa "lugar de reposo o refugio", David estaba desanimado, no podía ir a ninguna parte, no podía volver al pueblo, no podía ir al palacio, Saúl lo perseguía, no podía ir con su amigo Jonatán, no podía ir a ningún lugar, por lo que buscó refugio en una humilde cueva, donde clamó y expuso su queja delante del Señor. Allí se escondió de Saúl, lloró, presentó su angustia, se sentía oprimido, solo, sin esperanza.

Pero el Dios de toda consolación llegó hasta él, para Dios no nos ocultamos cuando nos metemos en una cueva o en un lugar secreto, porque nada le es oculto. La palabra dice que Dios es nuestro mas alto escondite, nuestro refugio, nuestro libertador. Dónde va tu corazón cuando quiere esconderse? Esconderse no es buscar una habitación cerrada y oculta donde nadie nos encuentre, es esconder nuestra vida con Cristo en Dios, estar escondido en Él y El delante de nosotros para enfrentar los problemas que la vida nos presenta, para hacer frente a nuestros enemigos, para caminar y no desmayar. 

Dios quiere ser tu escondite, tu lugar de refugio. Cuántas veces llamamos primero a un amigo o una amiga, a un familiar, a alguien antes que ir a nuestro más alto escondite que es Jesucristo y refugiarnos en El, buscando su consuelo, su consejo su protección, su fuerza, su auxilio. El es nuestro escondedero, el lugar donde podemos reposar, descargar nuestra angustia, nuestro dolor, nuestra debilidad y recibir fortaleza, fe y esperanza.

No busques otras fuentes de refugio, el mundo está lleno de refugios que destrozan la vida, nuestra alma y nuestro corazón, no busques refugio en nadie más que en El, porque allí recibirás no solo descanso, paz y fuerzas sino también la salida de todas aquellas cosas que te han llevado hasta allí.

Tu escondite más alto es El Señor y El siempre está esperando por ti!

Señor hoy vengo a ti, buscando tu presencia para refugiarme y apartarme de todo lo que me angustia y me preocupa, quiero llevar mi corazón ante ti que eres mi más alto escondite, mi refugio, mi torre fuerte, mi libertador, el Dios en quien confío y en quien descansa mi corazón. No me dejes ir a ningún otro lugar a buscar refugio, a buscar protección porque nadie puede darme lo que tu me das, porque nadie me conoce como tu me conoces, porque solamente de ti viene la vida. Señor hoy me escondo en ti, para caminar seguro por la vida, para hacer frente a mis enemigos, para descansar y para tomar fuerzas porque quiero seguir adelante, sin mirar atrás, sabiendo que mi vida está escondida con Cristo en Dios y en ningún otro lugar puede estar mejor. Amén!