viernes, 20 de noviembre de 2015

HABLANDO DE ANA... PARTE 4



Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.

 1 Samuel 1:18


Cuando hemos orado al Señor y El nos da una promesa o una palabra, debemos creer que lo que nos ha dicho ya ha sido hecho, no podemos buscar a Dios y desconfiar de Él, es muy triste cuando una persona no confía en nosotros, por ejemplo si nuestro esposo o nuestro jefe nos encarga que hagamos algo y posteriormente él hace lo que nos ha pedido y no nosotros, cómo nos sentiremos? Seguramente muy tristes pensando que no confía en nosotros, que no cree que tengamos la capacidad para poder hacer lo que nos ha encomendado. 


 De igual manera cuando oramos al Señor y entregamos una pesada carga en sus manos, no podemos levantarnos de ese lugar y salir de allí para tomar otra vez la carga y pensar “seguro no lo hará” porque eso es falta de fe… Dios quiere que vengamos a él y creamos que El lo hará y esa fue la actitud de Ana dice la palabra “y no estuvo más triste”, esa era la señal, seguramente ella entraba frecuentemente en tiempos de tristeza y depresión, pero una vez que tomó la decisión de clamar con todo su corazón a Dios dejó y se despojó de esa carga y no la tomó más, porque tuvo fe, y recordemos que sin FE es imposible agradar a Dios.

Tienes cargas en tu vida hoy? Decide con tu corazón orar al Señor, entregar esa carga y NO TOMARLA MAS, El Señor quiere que confiemos en El de corazón sincero, sin tomar atajos para lograr lo que queremos, sin impacientarnos o decepcionarnos porque pasa el tiempo y no vemos el fruto o la respuesta a nuestra oración. Entreguemos hoy nuestras cargas al Señor y no las tomemos más porque en Sus manos está la solución.

ORACIÓN: Señor venimos hoy ante ti para poder entregar todas las cosas que hay en nuestro corazón y que son una carga latente, te entregamos nuestras peticiones, nuestros problemas, nuestros deseos, cada cosa por la que venimos orando de hace tiempo, Señor danos la fe para creer que tu harás y que tu no mientes, creemos en ti Señor, creemos en tus promesas y que tu respuesta llegará en el tiempo perfecto para mi. No estaré mas triste Señor ni angustiado, porque mi corazón descansa en ti. Amén!