domingo, 28 de mayo de 2017

REFRENA MIS LABIOS



“En las muchas palabras no falta pecado; 
Mas el que refrena sus labios es prudente.” 
Proverbios 10:19 

Hay proverbio que dice: El Sabio no dice todo lo que piensa, pero piensa todo lo que dice… es importante que nuestras palabras sean sanas e irreprochables nos dice el libro de Tito, eso quiere decir que nuestras palabras pueden ser enfermas y reprochables, la palabra de Dios nos dice que cuando hablamos muchas palabras no falta pecado, esto es porque palabras traen palabras, si hablas por hablar y sin la dirección del Espíritu Santo pronto te darás cuenta que tus palabras te van llevando a otros temas y otras opiniones y puedes pecar hablando de otros, juzgando, criticando o simplemente alimentando un chisme de otra persona que no está presente. 

Si no sabemos que decir, sino hay un tema sano e irreprochable, como dice la palabra, si no hay nada que podamos agregar es mejor permanecer en silencio, porque el que habla queda preso de sus palabras y es libre quien no ha cometido el error de hablar por hablar. Así que busquemos sabiduría de Dios para hablar y que nuestras palabras siempre sean para bendecir, edificar y hablar bien, nunca para maldecir, destruir y hablar mal de otro. 

La palabra que si debe abundar en nosotros es la palabra de Dios, porque esta palabra trae vida, da libertad, confronta el pecado, alienta al desanimado, trae esperanza, arrepentimiento y reconciliación con Dios. La palabra de Dios no pasa nunca, por eso es importante llevar en nosotros grabada su palabra en nuestra mente, corazón y labios, ya que si hablamos muchas palabras nuestras no faltará quien llegue a pecar. 

Señor guarda la puerta de mis labios que pueda pensar antes de hablar y pueda guardarme de hablar palabras que no edifiquen a los demás, guárdame de hablar palabras que puedan reprocharme otros después, cierra mi boca cuando mis palabras no sean para bendición y controla todo en mi hasta la cantidad de mis palabras y cómo y a quién se las digo. Amen!