sábado, 24 de septiembre de 2016

ESTAR SIEMPRE PREPARADOS


"Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada."
Nehemías 4:17

En este pasaje del libro de Nehemías el pueblo de Israel se encuentra edificando el muro y sus puertas, ya habían empezado a darle forma otra vez a la ciudad y algunos de sus enemigos estaban completamente encolerizados al ver que no habían podido ni destruirlos, ni amedrentarlos y hacerlos flaquear, por el contrario habían levantado el ánimo y se disponían a levantar su ciudad cueste lo que cueste.  La decisión que tomaron según dice la escritura es que "con una mano trabajan en la obra y en la otra tenían la espada", era una forma de trabajo un poco incómoda, pero era lo que tenían que hacer y afrontar el tiempo que estaban viviendo. Tener en una mano la espada y con la otra trabajar da muestra no solo de un pueblo valiente, sino también  de un pueblo esforzado y determinado a llevar a cabo aquello que El Señor les había alentado a hacer.


Al igual que este pueblo en nuestros tiempo vivimos tiempos de adversidad, tiempos en los que todo se complica y pareciera que se ha formado un nudo inmenso que no sabemos por donde deshacerlo, el enemigo trata de hacernos sentir desánimo, falta de fe, nos quiere robar las fuerzas y el deseo de continuar edificando nuestra vida, quizás recibimos palabras hirientes de quienes nunca pensamos y amamos, quizás no recibimos nunca una palabra de aliento al contrario todo son palabras de desaprobación y rechazo, pero debemos recordar siempre que El Dios de los cielos está con nosotros, El ha prometido somos más que vencedores y que aunque caigamos no quedaremos postrados porque El nos levantará.

Qué debemos hacer entonces? 
Primero que nada este pueblo tomo una decisión: Hacer lo que Dios le mandó a hacer. El Señor nos llama hoy a tomar decisiones y hacer lo que El nos ha dicho que hagamos.

Segundo el pueblo cobró ánimo, sacudió la tristeza. Cobremos nuevas fuerzas y no permitamos que el desaliento y la tristeza se apoderen de nosotros.

Tercero el pueblo empezó a trabajar y puso manos a la obra, hagamos lo que nosotros podemos y Dios hará lo que nosotros no podemos hacer.

Cuarto el pueblo tomó su espada, dispuestos a pelear y a defender aquello que Dios les había dado. Tomemos nuestra espada, esto no significa enfrentar a nuestros adversarios con batalla y pelea, significa tomar la palabra de Dios y aferrarnos a ella, creerla, confesarla y declararla sobre nuestra vida y sobre nuestros enemigos, con la palabra podremos hacer frente, si tomamos la espada del Espíritu,  que es la palabra de Dios como dice en el libro de Efesios, podremos hablar con verdad, hacer justicia, cobrar nuevas fuerzas, ánimo y no desmayaremos porque su palabra nos vivificará.

Es tiempo de seguir adelante, esforzarnos y estar preparados!