jueves, 9 de enero de 2020

MIS FUERZAS ESTÁN EN TI!

¡Cuán felices son los que hallan fuerzas en ti,
los que ponen su corazón en tus caminos!
 Cuando cruzan por el valle de las lágrimas,
cambian su aridez en un manantial
al llenar la lluvia los estanques.
Salmos 84:5-6

La palabra de Dios nos habla muchas veces de pasar por valles, valles de sombra de muerte, valles de lágrimas, valles desiertos, valles de decisiones. En las escrituras no dice que nunca pasaremos por esos valles, pero si dice que mientras pasamos por esos valles El Señor estará a nuestro lado. En el Salmo 84 dice que el valle de lágrimas se cambiará en una fuente. Los valles de lágrimas es cuando caminamos por tiempos de mucho sufrimiento y de dolor y El Señor puede cambiarlos en tiempos más fáciles de llevar y en vez de ser de desierto serán como una fuente donde abunde en nosotros su fuerza y su bendición.

Tres veces dichoso el hombre que pone en El Señor sus fuerzas, cuando la palabra de Dios habla de fuerzas no necesariamente habla de la fuerza física… Todos hemos vivido alguna vez situaciones en que la fuerza interior parece terminarse, momentos en los que si la gracia y el poder de Dios no obra sobre nosotros es imposible levantarse y continuar, sin embargo la escritura dice que es tres veces dichoso el hombre que no depende de sus propias fuerzas sino que pone en Dios sus fortaleza, es como el que se apoya sobre una roca para levantarse, por mucha presión o fuerza que eche esa roca no se hundirá , ni se quebrantará, así es El Señor siempre dispuesto a levantarnos, a sostenernos y a llevarnos de Su mano en tiempos de adversidad y cambiará nuestros valles de lagrimas en fuentes que traerán agua de vida. 

No es fácil pasar por un valle de lágrimas, duele tanto el corazón algunas veces y nos sentimos impotentes y sin fuerzas suficientes para continuar, pero aquellos que tienen en El Señor sus fuerzas pasarán por ese valle de lágrimas y no será solo dolor y sequedad porque Dios lo transformará en un manantial, El Señor permitirá que todo el sufrimiento sea para bendición y para bien de los que le aman.

La escritura continúa diciendo irán de victoria en victoria hasta llegar a ver al Señor, así es nuestra vida, si vamos de victoria en victoria es porque vamos de batalla en batalla, guerra tras guerra, prueba tras prueba, dificultad tras dificultad, pero con la promesa que de todas saldremos vencedores hasta llegar a estar con El Señor en la eternidad donde todo el sufrimiento termine y estemos para siempre con Él, gloria a Dios! 

Señor Jesús toma mi vida y todas aquellas cosas en las que humanamente no puedo hacer nada, pongo sobre ti mi carga porque mis fuerzas no son suficientes, me canso en el camino y necesito tu ayuda, tu intervención, tu pronto auxilio. Pongo mis fuerzas en ti, me apoyo en ti, descanso en ti Señor, cambia mi valle de lágrimas en un manantial de agua viva, que el tiempo de sufrimiento sea para bendición y que nuestras fuerzas siempre estén puestas en ti. Se que iré de victoria en victoria, porque tu estás conmigo porque tu me haces más que vencedor y nunca me abandonas. Amén!