martes, 8 de octubre de 2019

TOMA TU CRUZ

"Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame." Mateo 16:24

Se han echo muchas investigaciones acerca de cuánto podría haber pesado la Cruz que Jesús llevó hasta el Monte Calvario, algunas dicen que las cruces usadas en las crucifixiones pesaban  un aproximado a 136 kilos (más de 300 libras), por lo que el travesaño o trozo de madera que llevaban los condenados a muerte pesaría unos 57 kilos (más de 100 libras), y a esto deberíamos sumarle que no era solo el peso  sino también el cansancio, dolor y sufrimiento que llevaban a causa del castigo físico, provocando más debilidad y que el peso fuera más grande. 

Serían diferentes las cosas si hiciéramos vida el pasaje del libro del Evangelio de Mateo, con tres pasos tan necesarios para enfrentar el día a día: Negarse a si mismo, tomar la cruz  y seguir a Jesús.

Seguir a Jesús, ser parte de su rebaño y de su iglesia, no es tarea fácil, porque requiere un compromiso de vida y de muerte, en el que debemos tomar la actitud que Él mismo nos enseñó con su ejemplo.

Negarse a si mismo, cada día debemos negarnos a nosotros mismos, negarse a sí mismo es dejar la ofensa, el enfado, la queja,  la crítica y el ver lo malo de las cosas, negarse a sí mismo  es dejar la zona de confort, donde todo es agradable, nada nos molesta y estamos tan a gusto, pero Jesús nos invita a otra forma de vivir la vida.

Tomar la cruz, quizás más pesada unos días y otros días más liviana, pero tomarla, asumiendo compromisos, ocupando el lugar que Dios nos ha dado, cogerla con nuestras propias manos sin desear pasarla a otros, tomar la cruz cada día es soltar todo lo demás y dejar nuestras manos libres  para sujetarla mejor. Es interesante ver que mientras más dolidos y heridos estamos, menos fuerza tendremos para sujetar la cruz, así mismo cuando nuestros corazones están heridos y dejamos que el dolor se apodere de nosotros, tendremos más debilidad para tomar la cruz y seguir adelante.

Seguir a Jesús, cuando hemos dado los dos pasos anteriores estamos listos para seguir a Jesús, si queremos seguir a Jesús y dejar que sus planes se cumplan en nuestra vida y aceptar el reto de caminar en humildad, seguir Su ejemplo, hablar sus palabras y que su carácter cada día se refleja más en nosotros. 

Todos sabemos cuál es nuestra cruz, orgullo, queja, tristeza, falta de fe, enfermedad, envidia,  injusticia, humillaciones o inconformidad, una persona, una situación sin solución,  no importa cuál sea, niégate a ti mismo, toma esa cruz y sigue a Jesús, ser su discípulo es la mejor recompensa!