Los discípulos estaban a punto de entrar en un tiempo de prueba total, era la última cena y Jesús sabía lo que iban a sufrir y padecer, sobre todo habría una separación y Jesús tenía que ser entregado, crucificado, muerto, sepultado y los dejaría solos. Venían días difíciles para sus discípulos por eso les da esta palabra NO SE TURBE VUESTRO CORAZÓN, CREED EN MI!
Un corazón turbado es un corazón con el ánimo alterado, hace que una persona se confunda y aturda, al punto de no saber qué hacer, ni qué decir, cuando el corazón se turba entra en un estado de impaciencia que imposibilita seguir haciendo lo habitual y podemos ser presos del miedo.
Los temores son pequeñas grandes trampas que enemigo pone en nuestro camino para que perdamos la fe y nuestro corazón se turbe, temores al futuro, temores a estar enfermos, temores de soledad, temores a tantos peligros y cosas que pasan a nuestro alrededor, temores que quitan el sueño y la paz.
Jesús sabía lo que pasaba en el corazón de sus discípulos y en el nuestro, sabe que si nuestro corazón se turba perdemos visión de las cosas, podemos olvidar todo lo que hemos aprendido en Su palabra, podemos olvidar todas las victorias que Dios nos ha permitido tener y olvidamos cómo con Su favor hemos vencido, por eso hoy nos recuerda No se turbe vuestro corazón!
Si creemos en El, creamos también en Su palabra y que NO SE TURBE NUESTRO CORAZÓN! El Señor no nos dejará solos, somos importantes para El, somos sus hijos y Su palabra es verdad para nuestra vida.
Cree en Jesús, cree en Su palabra, espera en Sus promesas, El NUNCA TE DEJARA SOLO!
Señor creo en ti! Que no se turbe mi corazón! Amén!
