jueves, 9 de noviembre de 2017

QUE TU AMOR ESTÉ EN ELLOS


"Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos."
Juan 17:26

El amor con el que Dios nos ha amado es increíble, inigualable, inconmovible, incomprensible para nuestro entendimiento humano, el amor con el que Dios nos ha amado es un amor eterno, que ha sido desde siempre y para siempre, no hay mayor amor que el amor de Dios sobre nuestras vidas y cada uno de nosotros somos el reflejo de Su amor.

Quizás nunca lleguemos a entender del todo la magnitud del amor tan grande que Dios tiene por cada uno de nosotros, sin embargo cuando Dios permite que seamos padres podemos experimentar un amor que antes no conocíamos, un amor sin interés, que perdona, que conforta, que desea el bien del otro y la felicidad de nuestros hijos se convierte en nuestra felicidad y su dolor en nuestra pena más grande.

Jesús termina orando por su discípulos pidiendo al Padre que "el amor con que El ha sido amado, esté en nosotros", el deseo de Jesús es que el amor del Padre viva en nosotros como una prioridad, que Su amor nos llene y envuelva, que Su amor sea suficiente para llenar nuestro corazón, pero también que El amor del padre esté en  nosotros implica que nosotros podamos dar de ese amor a los demás y les amemos como Jesús y el Padre se aman.

Cuando oramos por nuestros hijos debemos pedirle al Señor que Su amor esté en ellos, para que nada ni nadie les haga dudar de quiénes son?, para que tengan una identidad guardada en Cristo y no anhelen el amor, la aprobación, la aceptación y que no dependan de otros para ser felices.  Cuando el amor de Dios está en nuestros hijos ellos serán personas diferentes porque el amor de Dios transforma y da vida a quienes lo tienen, cuando el amor de Dios está en ellos son personas seguras, estables, llenas del gozo del Señor, porque el amor de Dios en nosotros nos da seguridad, alegría, paz y donde quiera que estén, también tendrán un corazón lleno de compasión por los demás, lleno de amor por el prójimo, tendrán empatía, amabilidad, una palabra de consuelo para el corazón de los afligidos y esperanza en medio de la aflicción. 

Que cada día el amor de Dios pueda llenar nuestro corazón y que nuestros hijos puedan disfrutar y tener en ellos ese amor que transforma, libera y cambia, que se sientan amados primeramente por El Señor, quien desde la eternidad les ha amado con  amor eterno, que sientan el amor de Dios fluyendo en nosotros como padres hacia ellos como hijos, que vivan el amor real, sin fingimiento, que todo lo espera, que todo lo soporta, que no tiene envidia, que no busca lo suyo, ese amor que no se goza de la injusticia sino que se goza de la verdad, ese amor que todo lo cree, ese amor que nunca deja de ser!

Señor que el amor de Dios esté en nuestros hijos, en cada día de sus vidas, en cada paso que dan, a cada momento, que Tu amor marque la diferencia en ellos para que no necesiten nada que les llene y les sustente más que tu amor perfecto, que puedan vivir en tu amor y ser instrumentos tuyos para llevar amor y compasión a donde quiera que vayan.  En el nombre Jesus! Amén!