jueves, 18 de mayo de 2017

ABRE TU MIS LABIOS


“Los labios del justo saben hablar lo que agrada; 
Mas la boca de los impíos habla perversidades” 
Proverbios 10:32

Cuán agradable conversación he tenido hoy... Qué agradable es hablar con esta persona! Es agradable hablar contigo, me siento mejor! Estas afirmaciones hablan de lo que se refiere el libro de proverbios los labios del justo saben hablar lo que agrada y no habla perversidades.

Agradar no se refiere a decir palabras aduladoras o mentirosas, exagerando conclusiones o mintiendo para agradar a otros, en este versículo agradar se refiere a que si somos sabios sabremos hablar cosas  agradables, que da gusto escuchar y no palabras sin sentido, frases repetidas por otros que carecen de valor y que pueden hablarse para mal.

El hablar perversidad es hablar palabras con maldad, haciéndolo concientemente y hasta disfrutando de hacerlo, el que habla con maldad siempre dejará ir un poco de veneno en todo lo que habla por mas sencillo que sea, a veces pensamos que solamente las personas inconversas pueden hablar perversidad, pero si nos detenemos a pensar, en nosotros también puede haber maldad al abrir nuestra boca, debemos evitar decir ese "último comentario" cargado de nuestros propios conceptos y conclusiones, donde clavamos una espina en el corazón del otro y aunque hayamos dicho cosas sensatas y ciertas, si las hemos dicho con maldad o con una doble intención, nuestros labios se han prestado para hablar perversidades. 

Debemos aconsejar a nuestros hijos a hablar siempre cosas que agradan, los jóvenes cuando están solos entre ellos pueden decir palabras ofensivas, vanas, malas palabras que no le agradarían a cualquiera escuchar y que aunque los demás dicen esas palabras yo no las voy a decir porque deben de salir de mi boca palabras que agradan y no perversidades. Entre adultos se pone de moda la queja, la critica, hablar de un mismo tema, cada uno cuenta lo malo y lo peor que le pasa, pero yo hablaré cosas que agradan y que bendicen, expresando a Cristo en mi vida y no siguiendo lo que hablan los demás.

Ejercitemos nuestra mente y corazón a expresar por nuestra boca palabras que agradan, buenas noticias, buenas nuevas, que traen alegría, consuelo en la aflicción, paz en la tormenta,  quizás no soluciones el problema de la otra persona, pero se sentirá mejor después de hablar contigo porque has hablado cosas que agradan, palabras que bendicen y traen esperanza.

 Padre toma mis labios, te pido que tomes mi boca y que por medio de ella pueda traer bendición a quienes están cerca de mi, que te agraden los dichos de mi boca y que puedan agradar a los demás también, quita de mi las palabras corrompidas, palabras de mentira y sobre todo quita de mi la perversidad al hablar, no permitas que hable con segunda intención hiriendo el corazón de mis hermanos, que siempre hable con la verdad, con tu justicia y con tu bondad, nunca condenando, haciendo sentir mal a los demás y hablando perversidad. Limpia mis labios Señor quiero hablar siempre lo que agrada y bendice, abre tu mis labios! Amén!