miércoles, 15 de febrero de 2017

HABLA POR MÍ ESPÍRITU SANTO



"no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo."
Marcos 13:11

Según estudios demuestran que las mujeres podrían llegar a hablar hasta tres veces más que los hombres, un promedio de 20,000 palabras al día y los hombres aproximadamente 13,000, según la misma investigación dice que las mujeres hablan más rápido que los hombres. Cuántas veces a lo largo del día, de una semana o del mes, pensamos en frases, palabras, opiniones o expresiones que no debimos haber dicho, quizás por la forma en la que nos hemos expresado, porque no era el tiempo adecuado o sencillamente porque no fuimos prudentes?


Nuestras palabras pueden hacernos tropezar y hacer caer, otras veces pueden ponernos en apuros realmente incómodos o hacernos sentir avergonzados porque debimos haber callado en lugar de hablar. Todo esto es porque las palabras una vez que salen de nuestra boca ya no son nuestras, no podemos volverlas a tomar y guardarlas otra vez, no podemos capturarlas o borrarlas, las palabras que han salido de nuestros labios se van y pueden llegar a otros para bendecir o para ofender y hacer daño.

Solamente a través de la guianza del Espíritu Santo podemos controlar nuestra manera de hablar y de expresarnos, cuando nos dejamos guiar por el Espíritu Santo y hay una comunión continua con El, hay más sabiduría en nosotros al hablar, somos más prudentes, más cuidadosos, hablamos palabras y expresiones más amables y que hacen bien a otros.

En libro de Marcos Jesús mismo les dice a sus discípulos que llegará el momento en el que al hablar no deben preocuparse, por no saber qué decir, es más ni siquiera debemos pensar o razonar demasiado aquello que queremos expresar porque el mismo Espíritu Santo hablará por nosotros, nos guiará, nos detendrá si no es sabio hablar o nos empujará a hacerlo porque será el momento oportuno.

Necesitamos la presencia del Espíritu Santo en nosotros como el aire que respiramos y sobre todo al hablar, para no hablar de más, para no decir cosas que después puedan dolernos o arrepentirnos de haberlas dicho y para dar siempre una palabra sabia, sazonada o endulzada, una palabra que abre corazones, una palabra bendecida en todo momento, porque no es nuestra sino inspirada por su Santo Espíritu.

No sigamos equivocándonos al hablar, dejemos que El Espíritu Santo tome el control de nuestros pensamientos, de nuestras palabras, de nuestras expresiones y opiniones, solamente El puede guiarnos, abrir y cerrar puertas, porque Sus palabras siempre son verdad y bendición!!!

Espíritu Santo, toma mis labios, dirige mis palabras, mi forma de hablar y de expresarme, que mis opiniones sean sabias, palabras escogidas por ti para llevar amor y consuelo, para bendecir y nunca para destruir, habla por mi Espíritu Santo para que no me equivoque y luego tenga que arrepentirme por haber hablado de más. Guíame tu, toma mis ideas, pensamientos, opiniones, cierra mis labios cuando tengo que callar y dame palabras cuando tenga que hablar. Habla tu  por mi Espíritu Santo! Amén!