jueves, 17 de diciembre de 2015

AYUNO DIA 2: RECONCILIACIÓN Y RESTAURACIÓN




"Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos"
Salmo 139:23

En nuestro segundo día de ayuno hablaremos de la RECONCILIACIÓN Y LA RESTAURACIÓN:

El proceso de reconciliarnos es una recuperación o restablecimiento de una relación. La reconciliación se puede lograr por medio del único puente de acceso llamado PERDÓN, que nos llevará así mismo al camino de la RESTAURACIÓN.


Cuando ponemos delante de Dios nuestros corazones para que los limpie, no basta solo pedir que nos limpie y quite de nosotras toda contaminación, hay que dar un paso más que es el reconciliarse ya sea con Dios o con personas que nos han hecho daño, cuando nos reconciliamos estamos procurando que una relación se recupere y vuelva a restablecerse como era antes o mucho mejor.

Es importante que recordemos 4 pasos que podemos dar para reconciliarnos con alguien:

1. Examinar nuestro corazón: Debemos revisar en nuestro interior, muy profundamente si tenemos algo en nuestro corazón hacia alguien, palabras, hechos, actitudes, situaciones que nos ha hecho daño, no las dejemos pasar por alto pensando que ya pasaron, si nos han hecho daño o nosotros hemos actuado mal debemos procurar la reconciliación. Examina tu corazón para ver que hay en él.

2. Arrepentimiento: El arrepentimiento es el pesar o dolor que sentimos en nuestro interior por haber hecho, dicho o dejado de hacer algo. El arrepentirse es reconocer nuestra falta y nuestro corazón se duele con ello, no es solamente pensar que hemos hecho mal sino también sufrir interiormente por esa mala actitud cometida. El arrepentimiento es un don de Dios, es un regalo para nuestro corazón porque por medio de él recibimos limpieza, sanidad y victoria sobre el rencor y la falta de perdón.

3. Confesión: Cuando hay un arrepentimiento también debe haber una confesión, confesar nuestro pecado delante del Señor, hablar abiertamente con El, a Dios no podemos ocultarle nada de lo que hemos hecho porque El ya lo conoce. La palabra dice que si confesamos nuestras faltas el es fiel y justo para perdonarnos y para limpiarnos de toda maldad. 

4. Fruto de arrepentimiento: Aquí empieza el camino de la restauración, el arrepentimiento no basta solo en si, examinar el corazón, arrepentirse y confesar nuestro pecado, debe haber un cambio, un fruto. Todo lo que hacemos lleva un fruto, nuestras palabras, nuestros hechos, actitudes, todo tiene una semilla que tarde o temprano llevará un fruto. El arrepentimiento también debe tener un fruto, y el fruto debe ser un cambio de actitud, un cambio de dirección, el perdón y la búsqueda de la persona a quien hemos ofendido para procurar una restauración completa.

Hoy El Señor nos da la oportunidad de reconciliarnos con El, con nosotros mismos y con aquellos que hemos ofendido o que nos han hecho daño, no podemos iniciar un nuevo año con rencores pasados, sin examinar nuestros corazones, sin arrepentimiento ni perdón, sin confesar nuestras faltas y sobre todo sin frutos de arrepentimiento que nos llevará a una restauración completa de nuestro corazón y nuestra paz interior.

Aprovecha un tiempo el día de hoy para revisar tu corazón y dar estos pasos hacia una restauración completa y dar comienzo a un nuevo año con un corazón limpio, libre de rencor y de pecado.

ORACIÓN: Señor Jesús gracias por darme la oportunidad de poder examinar mi corazón y ver qué hay mi interior, Señor ayúdame a no guardar nada, dame el don del arrepentimiento, que pueda reconocer que he hecho mal y perdonar a aquellos que me han ofendido,  quiero confesarte mi pecado y no ocultarte nada de lo que hay en mi interior. Dame frutos de arrepentimiento Señor para que pueda agradarte, restaura mis relaciones rotas, restaura mi corazón y mi vida. Gracias Señor!!!



"Y antes que clamen, responderé yo; 

mientras aún hablan, yo habré oído."

Isaías 65:24

1 comentario:

  1. Amén. Bueno es Dios. Y si no le pedimos que nos muestre lo malo que hay en nuestro interior, Él espera pacientemente a que lo hagamos. Solo que en ese 'mientras tanto' no seremos bendición para nadie, ni siquiera para nosotros mismos. Gracias Señor, por tu amor, tu misericordia, tu gracia, tu infinita paciencia...por todas tus bondades que se renuevan cada mañana.en el nombre de Jesús. Amén.

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