"no mirando cada uno por lo suyo propio,
sino cada cual también por lo de los otros.
Haya, pues, en vosotros este sentir
que hubo también en Cristo Jesús."
Filipenses 2:4-5
Una persona entra a una oficina y se encuentra en la recepción del lugar con una persona arrogante y altiva, apenas le responde el saludo, cruzan dos o tres frases y la conclusión es que debe esperar por lo menos tres días para resolver un asunto. Mientras rellena un formulario, aparece otra persona en la misma recepción, a la que le entrega la solicitud; esta mujer muy amablemente le pregunta si puede esperar, que se siente unos minutos y en cuestión de media hora le devuelve el documento con el asunto resuelto... Lo que para una persona negativa, difícil y arrogante tomaría dos o tres días, para una persona dispuesta a servir y facilitar las cosas solamente le tomó media hora resolver una situación. La persona sale del lugar con una sonrisa en su rostro pensando, tengo que ser un canal de bendición y no un muro de contención.
En el diario vivir nos podemos encontrar con dos tipos de personas, una persona altiva, con dureza, alguien que todo lo hace más difícil y todo es negativo, alguien como un "muro de contención", que obstruye el paso y no permite que las cosas sean mejores, para quien está cerca o solicita su ayuda. Pero también existen las personas humildes, llenas de amabilidad y atención, personas positivas que hacen todo sea más fácil y menos complicado, un canal por donde fluyen las cosas y todo es para bendición de otros y de ellos mismos.
La escritura en el pasaje del libro de Filipenses dice que no miremos cada uno por lo que nos interesa, por lo suyo propio con egoísmo, sin amor y compasión, sino que veamos el bien de los otros, porque este fue el sentir de Cristo Jesús, y ese mismo sentir debe haber en nosotros, para bendecir, para servir, para facilitar las cosas, para hacer mas agradable y llevadera la vida de otras personas, muriendo quizás a lo que nosotros queremos, pero dando vida a otros como lo hizo nuestro Señor Jesucristo.
El mayor ejemplo de ser un canal de bendición fue Jesús, quien no estimo ser igual a Dios, sino que se despojó de si mismo para tomar nuestra forma y ocupar nuestro lugar, muriendo por todos y cada uno de nosotros... Entonces si Jesús fue un canal de bendición por medio del cual hemos recibido vida, por qué insistimos a veces en ser esos "muros de contención" que no buscamos el bien de los demás y obstruimos la bendición para que otros la puedan recibir?
Eres un canal? Eres un muro? Que nuestra actitud constante sea el deseo de ayudar, facilitar, bendecir a otros y nunca frenando las cosas, complicándolas y haciéndolas más difíciles. Cuando tomamos una actitud de amor y servicio y quitamos el egoísmo de nosotros, nos convertimos en canales de bendición con el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús nuestro mayor ejemplo a seguir.
Señor hoy quiero pedirte que me reveles mis actitudes y mis reacciones en todas las áreas de mi vida, Dios mío quiero ser un canal de bendición para mi familia, para mis hijos, para mis amigos y hermanos, en mi trabajo y cualquier lugar en el que me encuentre, quita de mi el egoísmo, la amargura de corazón y la altivez, que en mi pueda haber ese mismo sentir que hubo en ti Señor, dando siempre sin esperar nada a cambio, quiero bendecir a otros a través de mi corazón, mis actitudes y mi manera de vivir. Quita de mi el ser un muro de contención que obstruya lo bueno para mis hermanos y hazme Señor un canal por donde fluya tu amor y tu bendición hacia los demás. Amén!
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