"El Señor es mi pastor; nada me falta."
Salmo 23:1
El Señor es nuestro Pastor, Jehová-Rohi, nada nos faltará, El es nuestro pastor y como un pastor nos cuida tiernamente, nos ama, nos protege y también usa su vara y su cayado para infundirnos aliento.
La vara que el pastor usaba, por lo general era la rama de un árbol, delgada, larga y sin hojas que tenía varios usos. La vara era usada para apoyarse a lo largo del camino, quizás a través de caminos más escarpados y difíciles, la vara era un punto de seguridad para el que la portaba, pero no solamente servía para esto, la vara era utilizada también para luchar contra las fieras, por lo que tenía la función de defender a las ovejas y la vara también era un símbolo de autoridad que infundía respeto y protección.
El cayado era muy parecido a la vara con la diferencia que llevaba una curva en la parte superior, con el cayado podía alcanzar a la oveja en caso que se desviara del camino, le sujetaba por el cuello y la atraía hacia él para rescatarla en caso que hubiese caído en un lugar profundo.
Este salmo es tan especial porque David siendo pastor, en ese momento no se pone a pensar como un pastor en sí, sino habla desde la perspectiva de la oveja. Para la oveja la vara del pastor simbolizaba autoridad, seguridad, protección, la oveja podía sentir tranquilidad porque esa vara la iba a defender de los enemigos, porque esa vara le iba indicar el camino y aunque doliera esa vara y su sonido sobre el suelo le hacia saber que El Pastor estaba allí y estaba segura. El cayado también le llenaba de paz, porque por medio de él podía ser rescatada y atraída nuevamente al pastor, quizás era algo incomodo en el momento pero le libraría de males mayores.
La vara y el cayado me infunden aliento, porque primero que nada cuando vivo bajo la autoridad del Señor, me someto a El, a Su palabra, a las autoridades que ha puesto sobre mi vida, estoy bajo Su cobertura y ando en el orden de Dios, puedo estar tranquilo, no temeré mal alguno. También porque la vara me defiende de los ataques de mis enemigos y no permitirá que ninguno de ellos haga algo malo contra mí, porque El Señor me guarda de todo mal. El cayado me infunde aliento porque a través de El, Dios me sujeta y no permite que me caiga, muchas veces la disciplina, la corrección, las palabras de exhortación no son gratas en el momento, pero pueden evitar males mayores en mi vida.
Debo anhelar los lugares de delicados pastos y las aguas de reposo, pero eso no es todo en la vida de una oveja, se convertiría en una forma de vida agradable, pero no me libraría en los malos momentos, también es necesario sentir la vara y el cayado del Señor, es a través de ellos que el salmista David dice que no temeremos mal alguno aunque andemos en valles de sombra de muerte, la vara y el cayado del nuestro pastor Jehová-Rohi seguirán infundiendo aliento a nuestro corazón y cuando pase el peligro nos llevarán seguros a un mejor lugar.
Señor tu eres mi pastor y este día Señor reconozco que necesito sentir tu vara y tu cayado, no quiero ser una oveja cómoda que solo recibe cosas buenas, bonitas y agradables, porque cuando vengan los malos tiempos no sabré que hacer, Señor yo necesito sentir Tu vara y tu cayado, esa seguridad de vivir bajo tu autoridad, de caminar bajo tu cobertura, someterme a mis autoridades y ser fiel, necesito tu corrección, que tu endereces mis caminos y entonces pueda andar en esos lugares de delicados pastos y podré descansar. Gracias Señor porque ahora se que necesito tu vara y tu cayado, necesito que me infundas de tu aliento en todo momento y en todo lugar. Amén!
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