“No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el ENOJO reposa en el seno de los necios.”
Eclesiastés 7:9
La palabra de Dios nos dice No te apresures a enojarte y también hay otra escritura que dice “no te apresures a entrar en pleito”.
Qué es apresurarse?? Apresurarse es precipitarse, correr, no tener calma, no frenarse. Las personas que rápidamente se enfadan viven una constante incomodidad en sus corazones porque el enojo, si no lo frenamos se convierte en un hábito progresivo en nosotros y llega a tomar el control de nuestras actitudes, cuando algo no es lo que quisiéramos o no sale como esperábamos o alguien no actúa como nosotros decimos que tiene que ser, rápidamente nos enojamos y vivimos saltando de enfado en enfado, de riña en riña, las personas se empezarán a alejar de nosotros y quienes que no pueden alejarse, porque son nuestra familia, empezarán a huir de nosotros, evitarán hacernos enfadar pero perderemos su compañía, tendrán temor de nuestras reacciones, a través de apresurarnos a enojarnos,o podemos intimidar a los que tenemos cerca y formar un cerco alrededor de nosotros impenetrable, esa dureza de corazón amargará nuestra vida y no nos permitirá vivir la vida abundante que Dios quiere que vivamos.
El Señor nos dice en Su palabra que el enojo REPOSA en el seno de los necios, o sea que una persona necia, que no es sabia, que es imprudente y sin control tiene como parte de si misma el enojo reposando sobre él, mora en su personalidad y carácter como parte de el mismo.
Cuando nos apresuramos actuamos sin control, sin pensar, sin razonar, pidamos al Señor su gracia para apresurarnos a hacer el bien, pero nunca para enojarnos, pidamos al Señor ser personas difíciles de hacer enojar.
Señor Jesús gracias por tantas enseñanzas acerca de lo importante que es guardar nuestros corazones de enojarnos, libranos de apresurarnos a enojarnos, que el enojo no repose sobre nosotros sino que sea desechado de nuestro carácter, de nuestro corazón y de nuestra vida, controla tu nuestras acciones y nuestras reacciones, que podamos apresurarnos siempre para bendecir y seamos tardos para enojarnos. Amén!
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