"Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios."
Hechos 20:24
En los juegos olímpicos de 1960, el etíope Abebe Bikila ganó la medalla de oro de la maratón masculina, en su cuello colgaba brillante una medalla digna de un gran corredor. Bikila realizó toda la prueba descalzo ya que no le sirvieron ningunas de las zapatillas que le dieron para realizar dicha prueba olímpica. Este atleta africano decidió correr a toda costa, participar en esta carrera con los pies descalzos tal y como había entrenado durante meses. El ganó y con ventaja, no se avergonzó, ni desistió, acabó la carrera y ganó el premio.
Al igual que este atleta africano dio ejemplo y corrió no importando su condición o el qué dirán, con tal de ganar la carrera, así el Apóstol Pablo habla en el libro de Hechos diciendo, que nada es importante ni más valioso que ganar la carrera con gozo y acabar el ministerio que recibió del Señor. El no consideraba su vida como algo valioso o precioso, la importancia para él era correr con gozo, llegar a la meta, ser de testimonio y con su ejemplo ganar muchas almas para Cristo.
Cómo estás corriendo esta carrera tu? Aunque no seamos atletas olímpicos, la escritura nos dice que estamos participando todos en una carrera, cada día que abrimos los ojos, empieza una nueva etapa de competición, habrán pruebas y obstáculos y algunas veces tendremos que hacer un esfuerzo mayor para lograr terminar el día, solucionar un problema, arreglar una situación, pero siempre adelante sin abandonar. Revisemos hoy qué nos estorba para seguir corriendo? El atleta etíope le estorbaron las zapatillas para correr. Qué te estorba hoy a ti para avanzar y llegar a ser un ganador y no de un premio material sino un premio eterno??
Hoy El Señor nos vuelve a recordar que estamos en un proceso para llegar a la meta, que todo lo que vivimos diariamente no es la meta en si, las pruebas en el camino, los esfuerzos, los sacrificios del día a día son solamente esos obstáculos que debemos vencer, para poder acabar esta carrera con gozo, no corriendo en amargura y dolor en el corazón, no corriendo sin esperanza y sin ilusión. Todo lo contrario luchar cada día por terminar gozosos, cumpliendo el llamado de Dios para nuestra vida, sin abandonar, sin desistir por más difíciles que se pongan las pruebas en el camino, nuestra vista debe estar puesta en esa meta, nuestra salvación y una vida eterna con Cristo Jesús.
Continúa la carrera hoy, cobra nuevas fuerzas y ánimo, corre hoy con fe, gozo y esperanza, recuerda que esta es una carrera en la que cualquier esfuerzo vale la pena!!
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