"En la multitud de mis pensamientos dentro de mí,
Tus consolaciones alegraban mi alma."
Salmo 94:19

Nuestro cerebro es suficientemente grande dice el artículo anterior, tanto así que no debemos preocuparnos por quedarnos sin espacio para almacenar recuerdos y pensamientos a lo largo de nuestra vida.
Cuánto pensamos? Cuántos recuerdos, imágenes, sensaciones, olores, sabores, emociones y sentimientos llevamos guardados en nuestro cerebro, nuestra mente es maravillosa porque ha sido diseñada y creada por un Dios maravilloso, que nos ha dado la capacidad de pensar y de guardar recuerdos en el consciente que es lo que vivimos en este momento, en el subconsciente que nuestra memoria a corto plazo, como por ejemplo recordar lo que hicimos ayer o hace una semana y el inconsciente, nuestra memoria a largo plazo, donde se guarda todo lo que hemos pasado hace mucho tiempo, recuerdos de nuestra infancia, adolescencia, canciones de hace 20 años que las podemos cantar con solo escucharlas y recordamos a la perfección la letra como si la hubiésemos aprendido ayer.
Nuestra mente debe estar entregada al Señor porque en ella hay tantas cosas que solamente nuestro Dios puede hacer que recordemos sin dolor, aprender de experiencias pasadas y ver hacia el futuro con fe y esperanza. El salmo 94 dice en la multitud de mis pensamientos, en la cantidad de ideas, recuerdos e imágenes que pasan por mi mente, la consolación de Dios que siempre ha estado presente a lo largo de mi vida, alegra mi alma, porque me hace recordar que no estoy solo, que aunque he pasado tiempos difíciles de todas las aflicciones El Señor me ha librado y he salido adelante.
No permitas que tus pensamientos se apoderen de ti sobre todo si son pensamientos de temor, de angustia, de miedo, de fracaso, de decepción o de impotencia, deja que la consolación de Dios alegre tu alma, el consuelo de saber que El ha estado, está y estará allí a tu lado para consolarte, sostenerte, alentarte y sacarte adelante de cualquier circunstancia.
No dejemos que la multitud de nuestros pensamientos ahoguen nuestra fe y nuestras fuerzas, permitamos al Espíritu Santo quien es nuestro consolador que tome el control de nuestros muchos pensamientos y nos alegre el corazón sobrenaturalmente aun no tengamos motivos, porque el gozo de Dios viene de nuestro interior y no depende de las circunstancias externas.
Gracias Señor por tu consolación, porque a través de tu consuelo mi corazón vuelve a sentir gozo, alegría y ganas de seguir adelante, te entrego mi mente, mis pensamientos, ideas, imágenes del pasado y de lo presente, mis temores del futuro, que tu consuelo aliente mi corazón recordando cuántas cosas has hecho por mi y de dónde me has sacado, siempre has sido fiel, siempre has estado a mi lado. Toma mis pensamientos Señor y alegra mi corazón, pensar en ti y en todo lo que por mi has hecho, alegra mi alma! Amén!